viernes, 27 de febrero de 2015

Tal Cual, claro y raspao… por Laureano Márquez

Ese ha sido nuestro lema durante estos 15 años de vida. Un compromiso con decir lo que pensamos, moleste a quien moleste. Esto no es una despedida. Para usar el lenguaje que tan de moda ha estado en estos tres lustros: es un repliegue táctico estratégico, un por ahora, como quien dice. La edición del fin de semana continuará saliendo como de costumbre y nosotros volveremos pronto con un semanario que saldrá los días viernes con el mismo espíritu crítico, agudo e incisivo que nos ha inspirado nuestro fundador, Teodoro Petkoff, uno de los mejores seres humanos que he conocido en mi vida.

Los que aquí trabajamos lo hacemos por mística, aunque somos todos agentes de la CIA, la Agencia expropia nuestras conciencias y no paga ni medio partido por la mitad. No sé si les suena familiar… Este diario ha sido un periódico pobre, pero nunca un pobre periódico. Aunque tenemos una sola cafetera, nuestro espíritu libertario permanece siempre en vigilia. No deja de sorprender que un medio tan pequeño constituya una amenaza tan grande para un gobierno con poder ilimitado. Eso solo tiene un nombre: miedo a las ideas y al debate plural. Uno a veces solo sabe que avanza cuando los perros ladran —y muerden—, Sancho. Somos una referencia nacional e internacional de equilibrio y probablemente tenemos también el récord más grande en multas, demandas y sanciones. Cada una de ellas es como una condecoración recibida en la batalla por la libertad de expresión en Venezuela. Esta lucha se ganará porque la razón siempre vence a la fuerza. Los pueblos que conocieron la libertad nunca renuncian definitivamente a ella.

Aquí nadie está amargado: nos encanta quedarnos sin trabajo, porque tendremos más tiempo para hacer cola en los supermercados. No hay mal que por bien no venga. Se podrá decir de nosotros lo que se quiera, pero nunca nadie podrá decir que nos vendimos (¡bueno, al menos a alguien que nos pagara!). Un grupo de extraordinarios comunicadores queda a disposición de otros medios; podemos ir acompañando a los demás de cierre en cierre.

Estamos mal, pero vamos bien. El que no está bien es el que acosa y cierra medios, encarcela arbitrariamente en la nueva Rotunda a funcionarios y líderes opositores, amén de que autoriza el uso de armas de guerra en manifestaciones. Si antes el mundo tenía alguna duda, hoy la comunidad internacional está absolutamente clara acerca de lo que sucede en Venezuela. Cómo será, que incluso los deudos guardan discreto silencio. Hasta Podemos, antes asesores en la construcción de este “modelo”, hoy se desmarcan para borrar todo parentesco de su propuesta con la nuestra. Nadie defiende lo indefendible, especialmente los que ya cobraron y saben que billete ahora no hay.
Me siento orgulloso de estos 15 años, de mis compañeros de trabajo, de la dignidad con la que han resistido. El futuro de Venezuela es de esperanza. Se puede engañar a algunos por cierto tiempo, pero no a todos todo el tiempo, como se ha dicho siempre de los manipuladores. La gente está clara, el futuro será de la democracia y la libertad. El cambio en Venezuela ya comenzó en el corazón de los venezolanos. Estamos cansados de agresiones, insultos, robo, ruina y muerte. Queremos vida buena y abundante para todos, trabajo y futuro. Hay reservas probadas y probables de inteligencia en esta tierra, al punto de que es hoy día nuestro principal producto de exportación. Ánimo compatriotas, que  nunca es más oscura la noche que cuando está a punto de amanecer.

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