EX MINISTRO CHAVISTA DESTAPA LA PODREDUMBRE DEL RÉGIMEN DE NICOLÁS MADURO: “Investiguen la corrupción en Mercal, en Cadivi”.
El oficialismo debate su supervivencia en medio de discrepancias. Darío Vivas amenaza con “sanciones severas” a las corrientes disidentes; Francisco Ameliach creó un correo y línea “antiinfiltrados”, y Diosdado Cabello clama: “Ni grupo A ni grupo B; chavista rajao”. Héctor Navarro y Saúl Ortega, desde dos esquinas diferentes, analizan la situación interna.
Navarro: El partido pierde el camino democrático
—¿Es democrático el PSUV o se impone el sectarismo?
—Una aclaratoria: desde la muerte de Miguel Otero Silva dejé ser lector de El Nacional y no le declaro, pero por cortesía y por ser usted, responderé. En este momento se transita por el camino de la pérdida de la democracia en el PSUV. Los cuestionamientos a Jorge Giordani y la sanción contra mí, sin que medie un juicio y el derecho a la defensa, son indicadores del problema. A lo mejor no es de ahora; viene de hace tiempo, pero se impone con mucha fuerza. Por eso debemos impedirlo. Por ejemplo, son desafortunadas las declaraciones de Francisco Ameliach de crear una especie de “línea caliente” para denunciar a lo interno del PSUV cuando deberían abrir espacios para que la militancia se exprese, haga las críticas y no una línea para chismes o una cacería de brujas. Son declaraciones terriblemente desatinadas y desafortunadas que deberían ser rechazadas por la Dirección Nacional. Eso tiene que ser proscrito. En lugar de una cacería de brujas, debería investigarse la corrupción en Mercal, en Cadivi. Esa expresión de Ameliach da lástima.
—¿Por qué el PSUV rechaza las críticas de corrientes?
—Eso no es único en el PSUV. En AD y Copei eran igualitos ¿Estaremos actuando como en la cuarta?
—¿Se impone el stalinismo?
—El “romulismo”, que es la misma cosa. Los partidos revolucionarios deben ser profundamente democráticos.
—¿La disidencia será expulsada?
—Espero que alguien se ilumine y diga: “¡Epa, este es un llamado de atención, de alerta!”. Vamos a interpretar las cosas y ver si Giordani tiene razón; si hay que investigar la desaparición de 20 millardos de dólares o es más importante ir por los infiltrados.
—¿Por qué la militancia se alza contra la cúpula?
—Hay brotes. No es la militancia. Un estudio de Hinterlaces, cuyos resultados no comparto, debería preocupar a la dirigencia porque habla de la constitución de un “nuevo sujeto histórico” en la revolución. ¿Quiénes están en el gobierno qué son? ¿Hay brote de descontento? Sí, y es normal.
—¿Habrá una implosión en el PSUV?
—No; no lo sé. ¡Ojalá que no! ¡Ojalá que pueda haber cohesión en el PSUV para que siga habiendo revolución! ¡Ojalá se oiga a Marea, que hace propuestas! No dicen: “Vamos a matar a Maduro, o a fulano”, sino que recomiendan qué hacer en economía y en lo social. No veo actitud divisionista en Marea. Tampoco la busca o promueve. Me preocupa la situación porque no quiero que gobierne la derecha y, por eso, hago propuestas. La crisis es una oportunidad para mejorar y aplicar las 3 R de Chávez y el golpe de timón.
—¿Está expulsado del PSUV?
—No sé si estoy en el PSUV. Me pasaron al Tribunal Disciplinario y, por orden de Diosdado Cabello, estoy suspendido, pero aún no hay decisión. El tribunal no me ha convocado, a pesar de que solo escribí una carta en defensa de Jorge Giordani; no critiqué al PSUV. ¿Es un delito escribir una carta?
Ortega: Hay crítica con ponzoña para perjudicar
—¿Hay democracia en el PSUV o sectarismo?
—Totalmente democrático. Es el único partido que hace elecciones de base y ha dado cátedra en la política venezolana. El comandante Chávez hizo revolución política al establecer en la Constitución su primera hechura de largo aliento, la consulta a la militancia. El PSUV acata la Constitución y en el artículo 5 de los Estatutos consagra ese derecho.
—¿Por qué el PSUV rechaza la crítica?
—Somos amigos de la crítica. Somos un sector abierto. Ahora, hay críticas de críticas. Hay críticas positivas en el espíritu revolucionario para mejorar, pero está la crítica con ponzoñas para perjudicar. La crítica positiva es bienvenida; con la ponzoñoza vean sus autores qué hacen con ella. Es difícil que causen daño a una organización con madurez política.
—¿En esa “ponzoña” están Marea, William Izarra y los Círculos, entre otras corrientes?
—El PSUV no tiene corrientes. Hay sí un debate abierto, en el cual todos participan y hacen propuestas. Hay sectores, externos al PSUV, que deben crear sus partidos y tener su vida interna; allá ellos. Desde su soberanía son libres de opinar y el PSUV no se mete en sus asuntos.
—¿La disidencia será excluida por hacer críticas?
—Hay mucha gente que no está en el PSUV, pero que apoya la revolución en sus niveles. Hay quienes apoyan todo el proceso; otros, una parte; y otros en nada. Esos son sus niveles de compromiso. Hay sectores que no están en el PSUV ni en el Gran Polo Patriótico, que se dicen revolucionarios, de quienes respetamos sus opiniones, aunque no las compartamos.
—¿Quiénes critican serán expulsados?
—En el PSUV no hay exclusiones ni expulsiones. Tenemos una democracia vigorosa. Quienes son militantes deben actuar disciplinadamente. A veces la prensa habla de “gente del PSUV” que no está en el PSUV. Los militantes están registrados y hacen vida en las UBCH, en las direcciones parroquiales, regionales, municipales y en la nacional. El PSUV tiene clara su vida interna, organizada. Se eligieron delegados al Congreso y entre noviembre y diciembre se escogerán los jefes de Círculos del Buen Vivir, de las UBCH y de patrullas. Quienes no pertenezcan a las UBCH o patrullas no están en el PSUV porque no hacen vida interna.
—¿Usted está en una de ellas?
—Sí, en Valencia.
—¿Sancionarán a Héctor Navarro?
—No tengo información; solo sé que él introdujo un recurso. No soy miembro del Tribunal Disciplinario, así que desconozco el curso de esa causa.
—¿Está alzada la militancia del PSUV?
—Son comentarios que no vienen a lugar; eso no es serio. Hable con ellos.
—¿Teme una implosión en el PSUV?
—El PSUV saldrá fortalecido en sus elecciones internas. De allí, nos prepararemos para ganar las parlamentarias en 2015. Allá quienes se mueven en dos aguas: la salida insurreccional y la electoral. Nosotros estamos claritos: la meta es fortalecer la democracia socialista.
El Nacional
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