“¿Está Venezuela a punto de ir al default?” preguntó The Financial Times en su última edición. Y el periódico londinense señaló que la cuestión parece absurda. “Venezuela tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo”, y los cálculos que hacen economistas “no sugieren una gran penuria financiera”. Por ejemplo, la deuda bruta es menos de la mitad de sus ingresos anuales, estimados en 209.000 milllones de dólares. Hay un solo problema: los bonos de la deuda del Estado venezolano reditúan beneficios del 18% anual, casi los más altos del mundo. Algunos economistas dicen que los tenedores de esos bonos obtienen “ganancias obscenas” o “lucros pornográficos”.
Es muy difícil que los bonos en Estados Unidos o en la Europa afiliada al Mercado Común superen el 3,5% anual. Los bonos aumentan su cotización a medida que sus compradores dudan más de las finanzas de un gobierno. Si los bonos venezolanos fuesen tan confiables, ¿por qué no tienen más compradores?
Tal vez los corredores de bolsa recuerdan todavía el último default en la Argentina, en el 2001. La mayoría de los tenedores de bonos debieron aceptar alrededor de 33 centavos por cada dólar invertido. Y eso, luego de maratónicas negociaciones.
De todas maneras, la tentación es grande entre los inversionistas. Aunque las reservas líquidas de Venezuela son de “apenas” 12.000 millones de dólares, según Barclays, lo cierto es que el gobierno de Nicolás Maduro ha pagado religiosamente los intereses de su deuda. Por cierto, eso no es garantía de nada. Hasta las vísperas de un default, todo país ha pagado religiosamente a sus acreedores.
Existe, sin embargo, un elemento de la ecuación que no figuraba hasta mediados de año: la vertiginosa caída en los precios del crudo, que registran la cotización más baja de los últimos cuatro años. Venezuela es uno de los países más dependientes del mundo.
El petróleo todo lo decide. Del petróleo obtiene 95% de sus ingresos por exportaciones. Esas remesas, dijo la publicación, permitían financiar hace dos años 77.000 millones de dólares en productos importados. Para el 2015, indicaron expertos, el gobierno únicamente podrá financiar 51.000 millones de dólares en importaciones, un descenso de 26.000 millones de dólares.
El mal desempeño de la economía “refleja las actuales preocupaciones sobre el descenso en la cotización del petróleo, y la aparente incapacidad” del gobierno venezolano para enfrentar el problema, dijo el periódico.
Pronósticos del Fondo Monetario Internacional indican que en el 2015 la economía menguará en un tres por ciento. En la actualidad, el déficit fiscal equivale a 14% del Producto Bruto Interno, que se financia con la impresión de bolívares. Como resultado, la tasa anual de inflación es del 60%. Y eso implica un círculo vicioso.
Los habitantes de Venezuela tratan de librarse de la moneda local como si fuese papel mojado (que lo es) intentando adquirir toda clase de productos. Eso agudiza la carestía, lo cual lleva al gobierno a imprimir más dinero. De esa manera, la inflación pronto podría pasar a la categoría de hiperinflación.
La necesidad del gobierno de Maduro de pagar a los inversionistas de bonos en Wall Street es tan apremiante, que ha llegado a lo impensable: ha reciclado sus compromisos financieros con China.
Tal como recordó The Financial Times, desde el 2006 el gobierno chavista ha pedido prestados a Beijing unos 50.000 millones de dólares, que repaga con petróleo. En fecha reciente renegoció los términos del convenio. El problema, indicó el diario, es que China podría negarse a darle nuevos préstamos.
En algún momento, podría cortarse la cuerda. Pero ¿cuándo? La consultoría de riesgos Eurasia estima que el gobierno no moverá un dedo “hasta las elecciones del 2015″,
Maduradas
ARECHATE!!! VENEZUELA!!!... FUERAA!!! MADUROOOOOOO
ResponderBorrarNO PODRAS CON EL PUEBLO...