“Cada viernes me venía a la esquina de la licorería para compartir con mis amigos unas cuentas cervecitas, pero ahora ya ni eso se puede, porque no se consiguen para nada”, comentó Gustavo Mijares, a las puertas de un local en El Tigre.
Otro consumidor, Pablo Véliz, también se quejó: “Ahora sí nos fregamos, hay escasez de todo, hasta de la cerveza”.
No sólo son los clientes sino también las licorerías las que están pasando trabajo para conseguir cajas de “birras”.
Propietarios de estos negocios en la capital del municipio Simón Rodríguez señalaron que este año no ha sido constante la distribución de la cerveza. Esto ha puesto a estos locales entre la espada y la pared.
Ana Rodríguez, dueña de un establecimiento del ramo, aseguró que no cuenta con un inventario completo de bebidas y por los vientos que soplan la situación no mejorará.
A su juicio, en Venezuela no puede desaparecer la crisis en cuanto a la escasez de los productos, porque para que esto cambie debe haber materia prima. Pero al ser importada, hay que pagarla en moneda extranjera, lo cual resulta difícil, pues el gobierno es el que tiene el control y decide a quién le otorga o no las divisas.
Precisó que cada dos o tres meses se generan nuevos incrementos en el producto preparado con cebada y, por si fuera poco, los precios son fluctuantes, lo que genera una gran inestabilidad económica.
La comerciante refirió que, anteriormente, los proveedores ofrecían variedad. Ahora los despachos han estado condicionados y “ya no se trata de recibir lo que se necesita para completar el inventario, sino de adquirir lo que ellos tengan a la mano para vendernos”.
Rodríguez también dijo que cuando llegaba la lata de Polar Light se desaparecía la Solera verde o viceversa. Insistió en que la cerveza es el producto que más se consume a diario en El Tigre en comparación con otras bebidas, como el ron y el whisky.
El propietario de otro establecimiento, que prefirió omitir su nombre, expresó que semanalmente recibía 350 cajas de cerveza para la venta y en la actualidad sólo recibe 50, porque es lo que le ofrecen los proveedores.
“Es dura la situación, porque se escapa de nuestras manos tener la variedad que los clientes buscan, pero es una realidad que no se puede ocultar, ya nos toca trabajar con lo que tenemos”.
Zoraida Puerta, encargada del bodegón La Fortuna en el municipio Guanipa, detalló que a duras penas los clientes compran en su negocio, porque los pedidos que realizó para estas fechas festivas no llegaron a tiempo.
Agregó que no todos los licoreros corren con la suerte de contar con la cantidad que requieren para esta época. “Hay varios bodegas que tienen palancas para conseguir más productos que otros”.
El Tiempo
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