miércoles, 14 de enero de 2015

Mercados advierten sobre alto riesgo de default en Venezuela

El régimen de Nicolás Maduro ha asegurado reiteradamente que Venezuela honrará sus deudas con Wall Street, y todas las señales apuntan a que tiene toda la disposición de seguir haciéndolo, pero los mercados ya dan por sentado que el país sudamericano entrará en cesación de pagos en un corto plazo.

“El riesgo de default ha aumentado substancialmente frente a un continuo deterioro de las finanzas externas”, declaró el martes la agencia de calificación de riesgo Moody's, al recortar en dos tramos la nota de la deuda soberana de Venezuela a “Caa3”.

Con el recorte, Venezuela pasa a ingresar en la categoría de emisores de “muy alto riesgo”.

En su anuncio, Moody's explicó que la caída de los precios del petróleo es el “principal factor” detrás de la decisión de recortar la calificación. El crudo venezolano, que genera más del 95 por ciento de los dólares que ingresan al país, ha caído drásticamente de precio en los últimos meses cediendo desde los más de $90 en que se encontraba en septiembre a los $43 con que cerró la semana pasada.

Y la difícil situación económica no ha pasado inadvertida por los mercados, donde los precios de los bonos venezolanos ya han descontado el riesgo de un incumplimiento de pagos.

Según Bloomberg, los bonos venezolanos con largos períodos de vencimiento se negociaban a menos de un 40 por ciento de su valor facial, lo que significa que el mercado de CDS (Credit Default Swaps) ya calcula las probabilidades de un default en los próximos cinco años en niveles de 97 por ciento.

Maduro, quien enfrenta serios problemas de impopularidad e ingobernabilidad en su país, se encuentra actualmente de gira por el Medio Oriente para tratar de convencer a otros países miembros de la OPEP sobre la necesidad de recortar la oferta de crudo para de ese modo propiciar la recuperación de los precios.

Pero esos esfuerzos no cuentan con grandes probabilidades de éxito debido a que los grandes exportadores, incluida Arabia Saudita, temen que cualquier recorte conduzca a pérdidas de mercado frente a los productores no convencionales que han alterado la dinámica del mercado mundial de crudo con el perfeccionamiento de las técnicas de fracturación hidráulica, o fracking.

El régimen de Maduro, que este año enfrenta cerca de $11,000 millones en obligaciones de deuda, podría verse obligado a decidir entre pagarle a Wall Street o tratar de aliviar los serios problemas de desabastecimiento que sufre la población venezolana.

Hasta el momento, el régimen ha demostrado que tiene la voluntad de pagar a toda costa lo que el país les debe a los mercados financieros.

Pero en unas recientes y polémicas declaraciones, el profesor de Harvard Ricardo Hausmann, un ex ministro venezolano, cuestionó la moralidad de esa decisión.

“El hecho de que esta administración [la de Maduro] ha preferido entrar en default con 30 millones de venezolanos, en vez de hacerlo con Wall Street, no es una señal de rectitud moral […] Es una señal de bancarrota moral”, escribió Hausmann, conjuntamente con el también profesor de Harvard, Miguel Santos.

Aun así, Maduro podría terminar incurriendo en un incumplimiento de deuda debido a los monumentales problemas económicos que enfrenta.

“No es un tema de voluntad. La disposición de Maduro de pagar hasta ahora ha estado clara. Las crecientes dudas son en cuanto a su capacidad de pago, especialmente porque el tiempo pasa y el gobierno no termina de tomar las medidas económicas necesarias que los mercados y los economistas están esperando”, dijo desde Londres Diego Moya-Ocampos, analista senior de IHS Global Insight/IHS Jane’s.

Y el hecho de que hoy en día Maduro se encuentre fuera del país también les está dando a los mercados una clara señal de que la situación es desesperada, agregó.

“Por una parte señala que Venezuela no puede sola, que necesita ayuda del exterior para lidiar con sus finanzas y por otra parte muestra que Maduro no está en Caracas, frente a su gabinete, preparándose a tomar justamente esas medidas que se necesitan”, agregó.

El recorte de Moody´s es solo el último de una serie de pronunciamientos similares emitidos por otras agencias de calificación de riesgo y analistas que evalúan la situación de Venezuela.

En diciembre, la agencia Fitch había bajado dos niveles la nota que evalúa la solvencia de Venezuela, a “CCC” desde de “B”, citando preocupaciones por la caída de los precios del petróleo y de las reservas internacionales del país.

Una calificación de “CCC” implica que las inversiones en los bonos venezolanos pasaron desde una situación “altamente especulativa” a una situación de “riesgo crediticio substancial”, donde el riesgo de default pasa a ser “una posibilidad real”.

Este artículo fue complementado con los servicios cablegráficos de El Nuevo Herald


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