El Universal / El 5 de julio de 1987, desde la tribuna del Congreso, Eduardo Fernández (Caracas, 1940) pronunció un discurso titulado "El pueblo está bravo", cuyos lineamientos sostuvo en 1988 como candidato presidencial de Copei. Allí planteaba la urgencia de que Venezuela cambiara su modelo rentista petrolero y diversificara su economía.
"Los cambios que promovimos no se hicieron, la mayoría del país pensó que era preferible repetir dos presidentes, y estamos donde estamos", dice el presidente del Centro Internacional de Formación Arístides Calvani (Ifedec). Admite sentirse frustrado porque sigue viendo "la misma película desde 1974" por el aumento súbito de los precios del petróleo.
"El país se emborrachó con esa riqueza y cuando bajaron los precios descubrimos que no se manejó bien la época de las vacas gordas. En 1974 el petróleo subió de dos dólares a 14, y ahora el Gobierno no puede con el barril a 40. Pero el despilfarro ahora fue más escandaloso porque llegó a 100 dólares. Se impone rectificar el modelo que arrastramos desde 1974, incluso desde antes. Ya en 1825, Bolívar, según biografía de John Lynch, expresó su preocupación porque dependíamos demasiado del precio internacional del café. No hay derecho a que hayamos llegado a esta hiperdependencia del petróleo, el 96% del ingreso de divisas viene de un solo producto. Somos una república bananera que no produce banano".
-Desde hace 27 años yo reseño su discurso y es el mismo. ¿Se siente frustrado?
-Muy frustrado. Tengo muchos años hablando, por ejemplo, de darle prioridad a la educación y me dijeron: "sí, es verdad, pero eso toma mucho tiempo". Si me hubieran hecho caso hace 27 años ya se habrían graduado todos esos muchachitos y tendríamos a gente más competente en ciencia, tecnología e informática. ¡Qué atrasados estamos! Sin eso podemos tener todo el petróleo del mundo pero seguiremos siendo un país subdesarrollado. Esto que hoy parece una desgracia pudiera ser una bendición, porque por fin los venezolanos podemos darnos cuenta de que tenemos que rectificar el modelo rentista.
-¿Qué propone hacer?
-Construir una propuesta seria de unidad nacional. Ese fue el gran logro del Pacto de Puntofijo en 1958. La única manera de superar el caudillismo y el militarismo fue que los grandes grupos políticos se pusieran de acuerdo, lo que le dio al país 40 años de estabilidad democrática. Hoy veo a líderes de la oposición que dicen también ser socialistas. ¡Ya basta, no queremos una copia! Hay que presentarle al país una esperanza, pero no bobalicona sino seria. Hay que hacer una agenda que ataque lo económico, lo social, lo cultural y lo ético. El tema social no se resolvió regalando pescado, entonces vamos a enseñar a pescar.
-La unidad nacional requiere diálogo y usted en su momento perdió apoyo popular por promoverlo. Esa resistencia sigue vigente, ¿cómo vencerla?
-Insistiendo, con ocasión y sin ella, como decía San Pablo sobre la verdad. Sin unidad nacional no vamos a ninguna parte. El camino no es la violencia, el camino es el diálogo, no como ejercicio retórico, sino con una agenda concreta.
-¿Ha tenido contacto con la Mesa de la Unidad?
-Desgraciadamente no, tampoco tengo contacto con el Gobierno. A veces veo que la oposición hace cosas buenas y otras que no son adecuadas. Me parece muy oportuna, contundente y sabia la declaración de los obispos en la que invitan al Gobierno a rectificar, pero también invitan a construir una alternativa seria que merezca la confianza de los ciudadanos. Yo, desde el Ifedec, veo clarísimo que hay que trabajar por la unidad nacional y la rectificación. No es ofrecer manejar la renta petrolera mejor que Chávez o mantener las misiones. No, se trata de cambiar radicalmente el modelo rentista.
-¿Es el momento de que un líder le diga al país, cambiando lo cambiable, lo que Churchill a Inglaterra: "sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor"?
-Churchill, que fue un gran orador, dijo cuatro cosas, cuando ha debido decir tres. Por eso yo digo: unidad, rectificación y esperanza. Él dijo también esfuerzo, pero la crónica omitió esa cuarta palabra. La situación es muy distinta pero el ejemplo es bueno, la reciedumbre del liderazgo es para proponer cosas diferentes. El país necesita un liderazgo serio, responsable, firme, que ofrezca una alternativa y no una copia. A veces me mortifico porque la competencia es quién se proclama más de izquierda. Yo estoy contra la corrupción y a favor de la justicia social, yo no sé si eso es izquierda o derecha.
-¿Si estuviera en el equipo de la MUD qué le cambiaría?
-Dos temas: más representatividad y más proposición. A veces da la impresión de que se sienten que ya están completos. Los partidos son muy importantes pero no son suficientes. Hay que explicarle al país que hay una manera mucho mejor de gobernar a Venezuela, de garantizar bienestar, progreso, felicidad y no es repartiendo la renta petrolera sino generando igualdad de oportunidades. ¿Cuál es el secreto de los noruegos?, que la riqueza súbita del petróleo no les financia sino un pequeño porcentaje del gasto público y tienen una economía diversificada, pero nosotros lo financiamos todo con petróleo.
-Nicolás Maduro desde China afirmó haber conseguido más financiamiento, que "no es deuda". ¿Qué cree va a pasar con el país?
-Plinio Apuleyo Mendoza escribió el libro: "¿En qué momento se jodió Colombia?" y decía que fue con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Yo digo que a partir de 1974 se jodió Venezuela. Desde ese año no hemos logrado recuperarnos de las alzas y bajas del precio del petróleo. Nos deprimimos o nos emborrachamos, pero no construimos una economía alterna, complementaria, sustitutiva. Es muy difícil convencer a un borracho de que se le están acabando los reales.
-Mientras el Presidente está de viaje, aquí se agudiza el desabastecimiento, crecen las colas de gente desesperada y se azuza en las redes sociales la explosión social. Hasta un grupo que se escindió del oficialismo pedía en Twitter a la FANB no dejar entrar a Maduro al país, cómo Hugo Chávez pretendió hacerle a CAP en 1989.
-Si se produjera una explosión social sería peor que el Caracazo. ¿Resolvimos algo con lo que le hicieron a Pérez? El problema no era Pérez, ni Chávez, ni es Maduro, aunque él es parte importante del problema. El problema es el modelo. De lo que se trata es de que todos los sectores nacionales: Gobierno, oposición, empresarios, trabajadores, productores agrícolas, maestros, intelectuales, etc, tomemos conciencia de la gran rectificación. Cuando yo hablo de diálogo no es ese espectáculo que vimos en la televisión (abril 2014) donde la oposición tuvo 14 voceros. Eso demuestra la crisis que hay. El diálogo es una cultura, lo que tenía que haber hecho la Asamblea Nacional para elegir a las altas autoridades del Estado y del CNE. La Constitución establece la mayoría calificada no por capricho sino para que haya diálogo. La estrategia del Gobierno es la confrontación, porque al ratificar a los mismos funcionarios en el CNE pretenden desalentar a la gente para que no vaya a votar. Yo invito a votar pase lo que pase. El ejercicio popular electoral y de diálogo con el país para construir una nueva mayoría supone una disposición muy recia.
-Visto lo que sucedió entre EEUU y Cuba y dada la participación del Nuncio en el intento fallido de diálogo aquí, ¿cree que el Vaticano tenga éxito si insiste con el Gobierno de Venezuela?
-Ojalá el Vaticano tenga el mismo éxito que ha empezado a tener en Cuba. Ojalá la influencia de esa figura estelar que es el Papa Francisco, y la del secretario de estado, Pietro Parolín, quien trabajó mucho por el diálogo aquí, tengan éxito. Yo les recuerdo a los oficialistas que está en juego algo más importante que el éxito electoral del Gobierno o de la oposición y es el éxito del país.
-¿Qué le pareció la puesta en escena del mensaje de fin de año de Maduro a las FANB y que se llevó de gira "para defender los precios del petróleo" al general Padrino?
-Son señales que acentúan el carácter militarista del régimen. Yo tengo mucho respeto por la institución de la FAN, debe ser muy querida por los venezolanos y para que sea así debe ser profesional, no deliberante, estar al servicio del país y no de ningún gobierno ni partido. Es un régimen militarista, esa es una deformación.
-¿Qué opina de que Maduro planteara intercambiar a Leopoldo López por un preso puertorriqueño?
-Esa es la cosa más grotesca que he oído en mi vida. Absolutamente impropio. Me da una tristeza profunda ver a un señor que está ejerciendo la Presidencia asumiendo esa actitud. En Venezuela no debería haber ningún preso político y aprovecho para expresar mi solidaridad con Leopoldo López, con los alcaldes Scarano y Ceballos y todos los detenidos por razones políticas. Deben estar todos en libertad.
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