Caracas, 17 de Mayo de 2015
Ante los resultados de las primarias MUD
Además de la ausencia de electores, la jornada de hoy se vio definida por la ausencia de cuatro elementos: Liderazgo, proyecto, confianza y coherencia.
Ya el ciudadano venezolano decidió dejar de seguir a los líderes impuestos por las maquinarias mediáticas y los cogollos partidistas. Lustros de traiciones, engaños, promesas incumplidas y esfuerzos inútiles, finalmente dieron al traste con la inocencia de la ciudadanía, que dejó de vibrar de manera irracional por una cara bonita, por un líder de barro o por un maniquí montado. Venezuela despertó.
Nos cansamos de las fotos populistas, y de las visitas esporádicas. Quedamos hartos de supuestos opositores y sus paseos, que sólo ocurren antes de las elecciones, y con la única finalidad de manosear la buena fe de la gente. El cogollo de la MUD, en su afán por mantener la franquicia de oposición legal de un régimen ilegal, cometió demasiados errores, y todos juntos le explotaron hoy, en su propia cara.
Se negaron a mantener la vitalidad de los cuadros políticos de sus partidos mediante el uso constitucional de los métodos democráticos. Se negaron a hacer elecciones internas para cambiar las caras acartonadas y derrotadas que siempre aparecían con las mismas frases. Y la gente decidió: Ya jamás los volverá a acompañar.
Su egoísmo, su soberbia traducida en tiranía, su deseo de mantener siempre el control de los partidos, definitivamente los venció. Sus candidatos no calaron, entre otras cosas, porque representaban la política fracasada del voto irresponsable.
No mostraron ninguna ruta nueva, ninguna alternativa, ningún plan. “Ahora sí” dijeron, con la cansona monserga de la “nueva mayoría para reconquistar espacios”. Lo hacen después de haber pedido sacrificios que sólo nosotros hemos hecho, y que seguimos haciendo cada día, precisamente como consecuencia de la falta de proyecto de la MUD.
Ellos sólo quieren aparecer en los medios, tener vocería internacional, y cogobernar. Se acostumbraron ya. No quieren avanzar. No existe en ellos ninguna intención de ir más allá. Capitularon.
La base de los partidos, la militancia, la sangre de la democracia, quedó inerte. No movió ni un dedo, debido a la grotesca la imposición de candidatos por consenso, esa palabra odiosa que no es más que el resultado de la negociación y acuerdo, de la conveniencia de un grupo, de un cogollo que parecía eterno, pero que perdió hoy-y para siempre- la confianza de su gente.
Y cómo confiar en quienes pactan con el mismo ente que denunciaron por fraude ante los tribunales, ante el mundo y ante Dios. Y no se trataba de negarse a votar sin cuadernos, sin esos mismos cuadernos de votación por los cuales hubo muertos y heridos en 2012, sin una de las pruebas principales del proceso, porque al fin y al cabo, si se hubiera presionado, hubieran puesto los cuadernos con tal de evitar la abstención.
Se trataba de plantarse ante un proceso contra natura, inauditable, falsificado por la posibilidad de que votaran, además de muertos y extranjeros, los propios chavistas-maduristas inscritos en el PSUV (y no por que estuvieran coleados, sino porque fueron invitados por la propia MUD, a la “fiesta democrática” de la oposición).
Era inconcebible que nos pidieran confianza, después de los horrores vividos por los venezolanos, como consecuencia de la torpeza con la cual esta misma dirigencia manejó nuestros datos, en aquella fatídica lista Tascón. Luego de la aplicación de una sistemática persecución como esa, nadie iba a estar dispuesto a entregar sus datos, directamente a las manos del ministerio electoral del régimen traidor.
Pero lo que más faltó a la MUD fue coherencia, y fue su ausencia lo que más afectó la participación. Primero dicen que estamos en dictadura, y luego quieren que la gente vote por ellos para poder integrarse a la dictadura y cogobernar: Eso es Traición!
Ese liderazgo gastado -que dialogó el año pasado- ansía las migajas de poder, dinero y promoción que el régimen les da, y ha cambiado de discurso peor que una veleta. Lo hace junto a quienes supuestamente disienten de la mesa pero comulgan con sus métodos, llamando a votar para demostrar que no tenemos miedo. Denuncian, demandan, gritan, y luego se arrodillan, o pactan. Los ciudadanos se cansaron de la incoherencia y ante tantos errores, voltearon la espalda a los dirigentes autoimpuestos de la MUD.
Por fortuna, a pesar del cerco de los medios, otros líderes ya se han abierto camino, a pulso, ganando la confianza de la gente, manteniendo un discurso coherente con nuestra realidad, y ofreciendo una propuesta sensata, constitucional, pacífica y eminentemente lógica para retomar la senda de la democracia y poder vivir, de nuevo, en libertad.
Hoy quedó demostrado que el cambio sí es posible. Que Venezuela se negó a participar en la locura de buscar resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Que el empoderamiento ciudadano mediante el Voto Salvado, es un proceso indetenible que ha captado la atención de la mayoría, que ahora mismo se organiza para capitalizar todo cuanto nos pertenece, por haber nacido como ciudadanos libres en una patria soberana.