Irán, con ayuda de Venezuela, financió secretamente la campaña de la entonces candidata Cristina Kirchner, con la esperanza obtener a cambio acceso a los conocimientos que Argentina obtuvo durante el desarrollo de su programa nuclear y ayuda para encubrir la vinculación de Teherán con los ataques terroristas de la AMIA, dijo el miércoles un experto durante una audiencia del Congreso de Estados Unidos.
El testimonio, que recoge las conclusiones de una investigación publicada el fin de semana por la revista brasileña Veja, también ilustró las estrechas vinculaciones entre el régimen bolivariano y el Hezbolá y la participación de altos dirigentes del chavismo en la creación de una red de narcotráfico utilizada para financiar a la organización terrorista proiraní.
La audiencia sobre las actividades de Irán y el Hezbolá en América Latina -realizada conjuntamente por el subcomité del Medio Oriente y África del Norte y el subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes- analizó las investigaciones del fiscal argentino Alberto Nisman, quien fue encontrado muerto en enero horas antes de exponer sus denuncias ante el Congreso del país sudamericano.
Según los testimonios brindados en la audiencia del miércoles, Teherán ha sabido utilizar las débiles instituciones y la infraestructura de corrupción presentes en América Latina para extorsionar o sobornar a funcionarios a lo largo de la región.
“Algunos [de los políticos] han sido extorsionados pero muchos otros han asumido el papel de cómplices y han traicionado a sus países para enriquecerse”, expresó Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, en la audiencia presidida por la congresista republicana del sur de la Florida, Ileana Ros-Lehtinen.
Y existe evidencia que la presidenta argentina formó parte de la red.
“Veja reveló que en el 2007, Irán aportó donaciones en efectivo para la entonces candidata Cristina Fernández de Kirchner de Argentina a través de Venezuela”, expresó Humire en su testimonio.
“A cambio, Teherán le pidió acceso a la inteligencia nuclear de Argentina y para que blanqueara a sus acusados en el ataque de la AMIA [Asociación Mutual Israelita Argentina]”, dijo Humire.
Parte de esa relación quedó reflejada en el muy controversial memorando de entendimiento firmado entre Irán y Argentina, pero “como el doctor Nisman y ahora Veja han revelado, fue por la complicidad del régimen en la Casa Rosada que Irán consiguió posicionarse en Argentina”.
Agentes del Hezbolá son los principales sospechosos del ataque terrorista con un coche bomba contra la sede de la AMIA en julio del 2004 que dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos.
Ese atentado se produjo dos años después que otro coche bomba destruyera la embajada de Israel en Argentina, matando a 22 persones y provocando heridas a otras 242.
Esa complicidad entre Irán y Argentina se produjo bajo los auspicios del fallecido presidente Hugo Chávez, quien sirvió de enlace entre Teherán y Buenos Aires, según la investigación de Veja elaborada con base en las declaraciones de tres funcionarios de alto rango del gobierno de Chávez que están exiliados en Estados Unidos.
Según el relato de los ex funcionarios, el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad le pidió a Chávez que intercediera ante el gobierno de Néstor Kirchner para que Argentina “compartiera” su tecnología nuclear y dejase de investigar a los iraníes por el caso AMIA durante una visita a Caracas en el 2007.
Según Veja, los $800,000 encontrados en el “caso del maletín”, que desató una gran polémica en Argentina y Estados Unidos, formaban parte de esos pagos regulares que Irán realizó a la campaña de Cristina Fernández de Kirchner.
Los chavistas entrevistados dijeron desconocer si Argentina entregó algún secreto militar a Irán, aunque aseguran que Teherán hacía pagos dos veces por mes en vuelos con escala en Caracas.
Chávez también permitió que el Hezbolá convirtiera a Venezuela en un importante centro de operaciones.
Según Humire, organizaciones criminales de Oriente Medio han penetrado diferentes niveles del chavismo con la ayuda de funcionarios venezolanos de ascendencia libia y siria que mantienen estrechos vínculos con el Hezbolah.
Parte de la red de operaciones de la organización terrorista es manejada por el diplomático venezolano Ghazi Nasr al Din, quien había en enero entró en la lista de terroristas del FBI y quien ya había sido incluido en la lista de sanciones del Departamento del Tesoro en el 2008, dijo Humire.
Pero el grueso de las operaciones son encabezadas por el ex ministro de Relaciones Interiores y actual gobernador del estado Aragua, Tarek El Aissami, quien ha ayudado a canalizar fondos hacia Oriente Medio y trasladar “combatientes extranjeros” a América Latina, donde operan clandestinamente, dijo Humire.
Muchos de los integrantes de esa red de operativos cuentan con documentos venezolanos otorgados bajo los oficios de El Aissami, explicó el experto.
En sus declaraciones iniciales en la audiencia de la cámara baja, la congresista Ros-Lehtinen advirtió que la Casa Blanca no le ha estado prestando suficiente atención a los movimientos de Irán y del Hezbolá en América Latina.
“La admnistración de Obama ha fracasado en otorgar los recursos necesarios para evaluar realmente la amenaza que representan Irán y el Hezbolá, no solo en este hemisferio sino en todo el mundo”, dijo la congresista.
Es un descuido que la Casa Blanca debe corregir debido a que “Irán y su apoderado Hezbolá buscan esquivar las sanciones [impuestas contra el país islámico], contrarrestar la influencia de Estados Unidos y hacer uso de las crecientes redes internacionales de crimen organizado para financiar sus actividades terroristas”, advirtió.
ANTONIO MARIA DELGADO
EL NUEVO HERALD