Evo Morales regala un Cristo sobre una hoz y un martillo de madera. Foto L'Osservatore Romano |
Una imagen ha dado la vuelta al mundo en el primer día del Papa Francisco en Bolivia: un Cristo crucificado sobre una hoz y un martillo –símbolo del comunismo–, el regalo con el que el presidente Evo Morales lo recibió en La Paz.
Aunque los problemas de audio de las únicas imágenes en video transmitidas del encuentro no permiten entender toda la justificación de Morales al polémico regalo, sí resulta evidente el desconcierto del Pontífice.
“No está bien eso”, dijo el Papa ante la explicación de Morales que parece describir el presente como una réplica de una talla que hizo en los ‘70s el sacerdote jesuita español Luis Espinal Camps, asesinado en 1980 por la dictadura, y por quien el Pontífice rezó en el camino que lo condujo del aeropuerto de El Alto hasta La Paz.
Poco antes del acto de intercambio de regalos y mientras recorría las calles de La Paz con dirección al Palacio de Gobierno, el Pontífice se detuvo en la zona donde se halló el cuerpo del sacerdote asesinado en la entrada del barrio de Achachicala. El Santo Padre pidió hacer un minuto de silencio y después rezó el Padre Nuestro junto a los fieles.
El regalo suscitó distintas reacciones en las redes sociales. Muchos acusan a Morales de querer politizar la visita del Papa.
Asimismo, católicos de distintos países rechazaron el gesto de Morales por considerarlo ofensivo a las numerosas víctimas de los grupos terroristas en América Latina y de los históricos regímenes totalitarios comunistas.
El Obispo de Roma apenas estuvo cuatro horas en La Paz, capital de Bolivia, el día de su llegada en el marco de la visita apostólica que realiza hasta el próximo día 13 a Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Después de ser recibido por las autoridades, el Pontífice se desplazó hasta el Palacio Quemado, la sede del Gobierno, situado en los alrededores de la Catedral de la ciudad, para el habitual intercambio de regalos con el Presidente Evo Morales.
Luego de la reunión privada con Morales y el intercambio de obsequios, el Papa Francisco se desplazó hasta la Catedral, donde mantuvo un encuentro con las autoridades. En su discurso, afirmó que las ideologías encandilan mientras que la fe alumbra y guía la conciencia.
“Los cristianos, llamados a ser fermento en el pueblo, aportan su propio mensaje a la sociedad. La luz del Evangelio de Cristo no es propiedad de la Iglesia; ella es su servidora, la Iglesia debe servir al Evangelio de Cristo para que llegue hasta los extremos del mundo”.
“La fe es una luz que no encandila, las ideologías encandilan, la fe no encandila, la fe es una luz que no obnubila, sino que alumbra y guía con respeto la conciencia y la historia de cada persona y de cada convivencia humana”, indicó.
Aciprensa