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Las recientes muertes de tres personas en la Isla, cuyo deceso se vincula con el virus del chikungunya, pueden prender un botón de pánico en buena parte de la ciudadanía que ahora podría pensar que esta enfermedad mata a la gente.
Sin embargo, el exsecretario de Salud, Johnny Rullán, aclaró que este virus puede ser letal cuando el paciente que lo padece ya tiene su salud comprometida.
“Una persona que está saludable, que le da chikungunya, no debe tener ninguna complicación y ya los siete días debe estar tranquila. Ahora, una persona con enfermedad crónica o inmunosuprimida, pues esto se convierte en una situación complicada porque su cuadro es vulnerable”, dijo el galeno.
Las personas con cáncer, con VIH, con problemas de médula ósea (trasplantes), niños sin baso, menores con malformación congénita, personas con influenza, niños con enfermedades genéticas, personas con obesidad mórbida o septicemia (infección bacterial) están entre los que al padecer chikungunya podría ser mortal.
Igualmente, un infante recién nacido, cuyo sistema inmunológico no está desarrollado, puede tener un desenlace fatal si es contagiado con chikungunya, agregó.
“Son personas que estás tratando de pelear contra un enemigo y ahí viene otro más (el chikungunya)”, explicó Rullán.
Dijo que estas personas deben tomar medidas “extraordinarias” para evitar que el mosquito Aedes aegypti, que transmite el chikungunya y el dengue, lo piquen. Entre esas medidas extraordinarias, dijo Rullán, está el uso continuo de repelente.
Enfatizó en que es sumamente importante que la persona contagiada con chikungunya evite contagiar a los mosquitos pues esto es lo que perpetúa el virus y hace que más personas en un núcleo familiar se contagien.
“Por eso es importante que las personas con fiebre, esos primeros 7 días se protejan para no seguir regando el virus para adelante”, explicó el epidemiólogo.
Dijo que las personas infectadas con chikungunya deben mantenerse en cuarentena en sus hogares o rociarse con repelente para mosquitos.
A modo de ejemplo, Rullán dijo que es inconcebible que se permita en una casa el servicio de profesionales que tienen o tuvieron chikungunya y no están protegidos.
“Esa persona tiene repelente o no sabe lo que está haciendo. Eso es lo que puertorriqueño no ha entendido. Ese es el mensaje que tenemos que enviar para romper el ciclo. Esos siete días, si va a trabajar porque tiene que trabajar, tiene que ponerse repelente. No tengo problema que la persona trabaje porque tiene que ganarse el sustento, pero tiene que hacerlo de forma responsable”, sentenció Rullán.
El chikungunya es un raro virus que se transmite a través de la picada de los mosquitos. De hecho, en hojas informativas el Centro para el Congreso y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indica que ambos mosquitos son “agresivos” en picar durante horas del día. Específicamente, el mosquito pica en la mañana y en el atardecer. No hay vacuna contra el chikungunya.
Hasta el momento hay 7,306 casos sospechosos, que son los pacientes con síntomas del virus, pero que aún no han sido confirmados. Hasta el 2 de septiembre había 2,140 casos confirmados con las pruebas que hace el Departamento de Salud. Las tres muertes reportadas fueron en pacientes con problemas de salud.
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