La imagen que proyectan las radios y televisiones oficiales del país es la de una Venezuela «feliz», donde no hay crisis ni conflictos, y todos viven contentos en armonía con el Gobierno de Nicolás Maduro.Ese «mundo feliz» sólo existe en las mentes de los que diseñan la propaganda oficial para prolongar el legado del difunto Hugo Chávez, que gobernó durante catorce años, y al que se aferra su sucesor. Esta propaganda le rinde culto a la personalidad del exlíder bolivariano por distintos medios, tanto audiovisuales como impresos, ya nacionales o internacionales, y centros culturales.
El gobierno bolivariano gasta un presupuesto anual en propaganda dificilmente cuantificable: distintos ministerios, instituciones, empresas públicas y centros culturales se dedican a financiar el culto a Chávez y divulgar su pensamiento. Pero es a través de las radios y televisiones por donde más extienden su mensaje embaucador. Entre estos canales bajo influencia chavista, destaca uno con marcada proyección internacional: Telesur. Esta cadena fue ideada por el difunto líder bolivariano en 2005, junto a otros países de la región como Uruguay, Ecuador, Argentina, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Cuba.
Desde su sede en Caracas, Telesur «es la voz televisada de los organismos supranacionales de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)», explica el profesor de Sistema Mundial de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, David Álvarez.
Pese a que en principio fueron ocho los países interesados en el proyecto, ha sido Venezuela, con fondos públicos, el principal sostén económico. «En los Presupuestos del Estado para 2015 se han destinado a Telesur 169 millones de bolívares, mientras que para TVES (el canal nacional de «servicio público» que nació tras el arbitrario cierre de RCTV) se destinan 95 millones», señala Óscar Lucien, sociólogo venezolano y autor del libro «Cerco Rojo a los medios». Los canales nacionales conectan con su señal en algún momento.
«Nos vendieron la idea de que sería una ventana latinoamericana, con su naturaleza internacionalista, pero ha sido desnaturalizada por una ideología como la bolivariana», critica Lucien. Sus informativos son la voz del chavismo, valora el sociólogo, que ejemplifica la situación: «Si las manifestaciones son contra el Gobierno de España, esta información aparece destacada. En cambio, si se lucha en Nicaragua por los derechos humanos, ni aparece en el noticiero». Por su parte, al profesor Álvarez le llama la atención el lenguaje, la retórica bolivariana e indigenista de sus programas. «Hay un sentido patriótico medido. Aunque solo hay que fijarse en quiénes son los dueños», añade.
Telesur , con el propósito de ganar influencia internacional, llegó a un acuerdo en 2007 con cuatro canales adscritos a la Red de Televisiones Locales de Madrid, por el que se podían intercambiar información de forma gratuita. Algunas de las plataformas que han conectado con la cadena bolivariana son «Tele K Vallecas», que emite diariamente los informativos y otros programas de Telesur, y Canal 33.
La gente de Pablo Iglesias ha colaborado para Telesur en su cobertura de España
«Para nosotros significaba una oportunidad de ganar audiencia, por la populosa comunidad latinoamericana que vive en Madrid», admite Enrique Riobóo, fundador y director de Canal 33 en Madrid. Aunque puntualiza que el acuerdo consiste en compartir solo información o imágenes: «No renunciamos a nuestra propia programación para dejar la emisión de Telesur, como hace Tele K, que es una televisión más política y menos profesional que la nuestra». En el plató de Canal 33 rodó Pablo Iglesias y su equipo el programa de «La Tuerka» durante más de un año. «Ellos han promovido el acercamiento mediático entre España y Venezuela; la gente de Pablo Iglesias ha hecho hasta de corresponsales puntuales de Telesur (no tiene sede en España) para Europa», asegura Riobóo.
Oasis chavista en Goya
Para el profesor Álvarez, «con esta entrada en España, Telesur pretende claramente influir en la sociedad española, adquirir presencia e influencia en el panorama español, y ahora además aprovecha el tirón de Podemos, que de alguna manera se ha articulado con dinero de Venezuela».
En 2006 Chávez creó el Centro de Diversidad Cultural caraqueño, que se ha extendido en todas las regiones del país. También a Madrid, donde el excanciller Elías Jaua inauguró hace poco más de un año un centro cultural instalado en el exclusivo barrio madrileño de Salamanca, igual en el que están celebrando unas jornadas de conferencias sobre la historia de Venezuela, que sirven como plataforma para rendir culto a Chávez e imponer una hegemonía cultural. La última conferencia fue el pasado 4 de noviembre, y los profesores Luis Brito, de la Universidad Central de Venezuela, y Francisco Manuel Silva, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, analizaron «la implantación de España en Venezuela». Tanto los investigadores como los asistentes, en una sala de hasta cien butacas y con la mirada de Hugo Chávez flanqueando los laterales, señalaron a la oligarquía venezolana de la época y a la Corona española como culpables de la destrucción de la economía venezolana con sus medidas sobre el cultivo de tabaco y el monopolio del comercio.
Historiadores venezolanos como Elías Pino Iturrieta han denunciado la tergiversación y manipulación de la historia del país a través de los textos escolares, además del adoctrinamiento chavista en las escuelas públicas.
Elías Mata, diputado por el partido Un Nuevo Tiempo, dijo que «en corrupción y propaganda despilfarraron los ingresos petroleros de todos los venezolanos, ahora no tenemos cómo enfrentar la crisis causada por la implantación del obsoleto y fracasado Socialismo del siglo XXI, modelo que los chavistas han querido implantar dogmáticamente».
Fuente: ABC España
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