martes, 19 de mayo de 2015

Hijo de Maduro recibe cargos “a dedo” en el Gobierno sin tener experiencia

El gobierno Venezolano se ha caracterizado últimamente por meter a toda la familia “en el negocio”, sin importar si tienen mérito o no para ello. 

Los nombramientos se hacen a dedo, dándole programas de televisión a la “primera combatiente”, CD’s y giras a la hija del presidente de la Asamblea Nacional, puestos a su esposa dentro del tren ministerial y pare usted de contar. Sin embargo, el caso más cercano de concentración de poderes familiares puede verse en Nicolás Maduro Guerra, el hijo del actual mandatario quien con sólo 25 años ha desempeñado cargos de suma importancia en el alto Gobierno.


El diario ABC de España, hizo una publicación al respecto, aquí la reproducción:

Un conocido versículo de la Biblia dice que «el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo». Sin embargo, los «hijos del poder» han causado más de un dolor de cabeza a varios presidentes de Iberoamérica, cuyos gobiernos han enfrentado críticas por los gustos ostentosos de sus herederos, apariciones públicas bochornosas, obtenciones cuestionables de privilegios o casos de presunta o probada corrupción en los que se vieron involucrados.

El «mal» de los hijos incómodos no discrimina: alcanza a jefes de Estado de todo el continente de diversos signos políticos, hombres y mujeres, populares e impopulares.

Nicolás Maduro Guerra. Homónimo de su padre, el único hijo del presidente venezolano, de 25 años, fue objeto de una intensa polémica cuando, en 2013, Nicolás Maduro lo designó a dedo como jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia, el organismo que supervisa las acciones de gobierno. «Me toca por ser mi papá el presidente», se justificó «Nicolasito». El joven fue designado en un alto cargo con apenas 23 años, sin experiencia ni título universitario, y con una carrera en Economía recién comenzada.

Después de aquella polémica, en 2014, el hijo de Maduro se convirtió además en el director de la Escuela Nacional de Cine, lo que generó resquemores en círculos artísticos.«Nicolasito» volvió a ser noticia algunas semanas atrás, cuando fue filmado en una boda en el Gran Meliá, uno de los hoteles más lujosos de Caracas, mientras una lluvia de dólares caía a su alrededor.

Otros “hijos del poder”

Máximo Kirchner. Con un asombroso parecido en su forma de hablar a su padre, el difunto expresidente Néstor Kirchner, Máximo (38 años) es tal vez el personaje más influyente de la política argentina después de su madre Cristina Fernández. Lidera la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora e integra el ínfimo círculo político de personas cercanas a su madre.

Sebastián Dávalos Bachelet. En febrero pasado, el llamado caso «Nueragate» se convirtió en el primer gran escándalo sufrido por Michelle Bachelet. La prensa chilena reveló que una empresa de la cónyuge del hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos (37 años), había recibido un crédito por más de diez millones de dólares del Banco de Chile. El monto se había aprobado un día después del triunfo de Bachelet en las urnas.

Laureano Ortega. Uno de los hijos del presidente nicaragüense Daniel Ortega es consultor de la agencia gubernamental de promoción de inversiones ProNicaragua, un puesto clave que lo ha convertido en intermediario entre su padre y el magnate chino Wang Jing, quien tiene en sus manos el multimillonario proyecto para construir un canal interoceánico en Nicaragua.

Juan Pablo Cartes. Lo del hijo del presidente paraguayo Horacio Cartes fue un verdadero bochorno: en 2013, Juan Pablo fue filmado en la entrada de un hotel de Miami, visiblemente borracho e intercambiando golpes con otro sujeto tan ebrio como él. En aquella oportunidad, el hijo del jefe de Estado paraguayo -quien tiene participación accionaria en el imperio económico que posee su padre en su país- llegó a ser arrestado por la Policía.

Esteban Santos. En Colombia, el hijo menor del presidente Juan Manuel Santos cumplió con el servicio militar como cualquier colombiano. Sin embargo, los privilegios de los que gozó durante su paso por el batallón generaron un fuerte malestar en el ámbito castrense, e incluso algunos oficiales expresaron sus quejas al Ejecutivo. Molestó el hecho de que, a los 19 años, a Esteban se le permitiera marchar junto a oficiales de alto rango en celebraciones y galas. Tampoco agradó que el joven elogiara a su padre, cuando los militares tienen prohibido hablar de política.

Con información de ABC.