Ya no se trata de irse o quedarse, se trata de huir de la abominación y de la costumbre que sólo el comunismo puede imponer.
Siempre he hablado bien de Venezuela, el país que me vio nacer y crecer. El país que amo y le estoy tan agradecido por haberme dado todo. Nunca hablaré mal de él, de hecho, estoy convencido que en algún momento, volveré a Venezuela a llevar lo que en el extranjero pueda aprender.
Siempre dije que no estaba bien irse de Venezuela, que valía la pena seguir luchando por él y construir en tiempo de destrucción. ¿Qué me hizo cambiar de opinión? ¿A estas alturas de la destrucción es correcto seguir en Venezuela?
Primero que todo, entendamos los conceptos y sus definiciones. Yo no me fui de Venezuela, yo HUÍ de la muerte, de la persecución política y de la miseria humana. En cualquier país del mundo, la gente se va. En Colombia, hay gente que emigra, en Perú hay gente que emigra, en Chile hay gente que emigra, en Estados Unidos hay gente que emigra; por una u otra razón, gracias a la globalización, cada individuo que cumpla los requisitos puede decidir irse a otro país a hacer vida.
Sea por estudios, por razones de salud, por razones económicas, por negocios; o por la razón que sea, en un país normal, hay flujo migratorio, gente que se va, gente que viene a vivir a desarrollar cualquier actividad legal.
Decir, “me fui de Venezuela”, no tiene lógica. El que sale de Venezuela porque fue amenazado de secuestro, de muerte, de cárcel; o el que sale de Venezuela buscando mayores oportunidades para su familia, el que sale en busca de comida y medicinas, en realidad, HUYE.
Si eres inteligente, huye. Si eres bruto, mejor quédate
Nadie se da cuenta, pero cada día que pasas, te ideologizan y te convierte en una presa fácil, sumisa y dominada por el comunismo. Te convierte en un ser inútil, que se queja, se queja, se queja; pero no actúa.
Yo fui víctima, pues creeí que poder ir al cine, ingresar a un café y consumir, ir al centro comercial y comprar comida, era un privilegio. NO, NO es un privilegio. Hacer eso es tan NORMAL, pero el sistema nos ha hecho creer que no lo es. Nos va a costumbrando y nos hace tan pobres, que las cosas que hacíamos con normalidad se empiezan a convertir en lujos.
Sólo ponte a pensar hace dos años, cuando la Coca Cola estaba en 800 Bs. Todos decían “ese precio es un absurdo, nadie irá a tomar Coca Cola”, han pasado tan sólo meses y el nuevo precio que rueda por redes sociales es de 9500 Bs.
Déjame decirte, no te asombres, pues en un año capaz llegue a 30.000 Bs. El comunismo no tiene límites, ¿acaso usted cree que el dólar llegará a 5.000 bs y de ahí no va a subir más? Las crisis no tienen foso; ese “foso” que la gente tanto dice, es abstracto, irreal. Tengo 23 años, y desde que tengo uso de razón, “ya esto es el colmo”.
Recuerdo cuando en el noticiero decían que en Caracas hubo 8 muertes violentas durante el fin de semana, y la gente horrorizada decía “este es el colmo, ya no se puede vivir en Caracas”, actualmente llegan a 40 y decimos “Qué horror, este es el colmo”; seguramente en un par de años serán 80 muertes violentas cada fin de semana y diremos “este es el colmo”; y así, hasta que la delincuencia extermine a la Venezuela decente y queden las escorias (Delincuentes, malandros, colectivos y chavistas).Y eso, ser chavista no es garantía de vida.
Por eso, sin darte cuenta y por muy opositor que seas, te conviertes en una víctima del sistema castrochavista. Te conviertes en presa del peor componente que puede tener una sociedad, la peor bacteria: LA COSTUMBRE.
“Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes, es un país de ESCLAVOS” Simón Bolívar
Sí, eres un esclavo, pues si sólo trabajas para MEDIO comer, eres un esclavo. Ya tus sueños serán “voy a ahorrar dos meses para comprarme una Coca Cola y sentir su delicioso gas recorrer mi cuerpo”, déjame decirte, que eres un esclavo del sistema.
Ir a la panadería o al supermercado y agarrar una Coca Cola de 2 litros es algo que lo puedes hacer unas 15 veces al día en Colombia, unas 24 veces en Chile y unas 59 veces al día en Estados Unidos.
Eres un esclavo, cuando dejas de soñar en comprarte una casa y un carro y empiezas a esperanzarte en que la Misión Vivienda te dé la casa y tener la esperanza que el Gobierno te dé toda la línea blanca y te dé el carro chino. ¡Esa es la felicidad suprema en socialismo! Ser un mantenido.
Pero vamos, seamos realistas, estos beneficios sólo llegan al 0,001% de la población, de los cuales, el 80% son enchufados y sus familiares y “panitas”. Así que tú, el pendejo (seas chavista u opositor) tienes 0 (se lee cero) probabilidades de recibir estos beneficios; y mientras te distraen con los Clap, con las misiones, las tarjetas de la patria, la validación de partidos, el diálogo y las supuestas elecciones generales que sólo existen en los sueños húmedos de la MUD, te convierten en una escoria social.
Las nuevas generaciones sodomizadas
Si tienes más de 20 años, sólo te pido, que mires al pasado. ¿Esta es la vida que tenías hace años? Seguramente que no. Pues ahora mira al futuro, capaz unos dos años más, ¿cómo te ves? ¿Ahorrando dos meses para comprarte un sobre de Sopa Maggi? ¿Esperanzado en las elecciones presidenciales de 2018? ¿Para que ocurra lo mismo que este año y el CNE postergue las elecciones hasta el 2020?
Los que hemos vivido otra Venezuela, estamos claros que nos han sodomizado; pero qué tal los nuevos venezolanos que están naciendo y los que están creciendo y acostumbrados al “chip” del socialismo.
“Papá, mamá, voy a estudiar y trabajar muy duro para que podamos comer carne y pollo”. Ya no será el “Papá, mamá, voy a trabajar muy duro para darles una casa”.
Les pido que a esas criaturas, las cuiden y las saquen de ese modelo diabólico. Ellos merecen un mejor futuro.
Por tu bien, huye
Nacer en un país, no te convierte en esclavo. Las fronteras son imaginarias. Ve el lado positivo y piensa en las grandes cosas que aprenderás en el exterior; y en algún momento, yo sé que sí, volveremos a Venezuela a reconstruir lo que se ha destruido y a ayudar a nuestros hermanos que quedaron y SOBREVIVIERON al huracán chavomadurista.
Nuestro libertador dijo: “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes, es un país de esclavos”.
Aclaratoria (10 de marzo, 9:25 pm)
Lamento que se haya malinterpretado lo que quise decir, de hecho, siendo así, yo fui muy bruto, pues hasta hace poco gasté todas mis energías en Venezuela. Hasta que unos delincuentes se robaron los cables y quedé sin internet, es decir, mi negocio se fue a la ruina. Y como ya saben, CANTV tarda años en reparar una averia.
Tan bruto fui, que mientras muchos de los que seguramente me critican y dicen que luchan por Venezuela estaban rumbeando o durmiendo, yo dejaba de trabajar por apoyar una manifestación. La última, a favor del Revocatorio, estuve a CENTIMETROS de recibir una bala proveniente de unos colectivos.
Un chico que estaba ahí, fue herido de bala; y cuando cayó al pavimento, le cayeron a golpes, patadas y palazos. ¿Cómo se le puede llamar a eso? ¿Qué ganó ese muchacho? NADA, pues a los días, la MUD desistió del revocatorio y fue a diálogo, ¿y los heridos, muertos y civiles que LUCHAMOS todo el año bajo la esperanza del revocatorio? Fuimos TRAICIONADOS.
Sé que mucha gente no puede salir de Venezuela, a ellos no va lo de brutos. Bruto es para aquel joven, que tiene una vida por delante, es preparado y tiene la posibilidad de irse de Venezuela. Pero sin embargo, decide quedarse en Venezuela. Amigo, si ese es tu caso, eres un BRUTO. Por tu bien, vete. Invertir dinero y energía en Venezuela no vale la pena; serás pobre toda la vida, y si tienes “algo” de dinero, corres el riesgo de ser secuestrado o asesinado. ¡ESO NO ES VIDA!
Y eso de “Yo me quedo a luchar por Venezuela” es tan ridículo… ¿luchar por qué? ¿Por las bolsas Clap? ¿Luchar en la competencia de bailoterapia de la MUD? ¿Creen que ir a validar partidos ante un CNE que TE QUITO EL DERECHO AL VOTO es luchar? No seas iluso. Sin darte cuenta, ERES PARTE DEL SISTEMA y no te das cuenta.
Al que se quiere ir y no tiene la posibilidad, te pido, haz todo lo que haga falta. NUNCA digas “no podré” “no puedo”, planifica todo, busca un país latinoamericano abierto a los venezolanos como Chile, Uruguay, Perú y Brasil. No será fácil, pero estarás mejor y así ayudarás a tu familia a huir.