jueves, 26 de julio de 2018

LOS VINCULOS DEL ESPOSO DE NITU PEREZ OSUNA CON EL GOBIERNO

El Poder Judicial le regaló un edificio












La sociedad mercantil Promociones 86 C.A. es propietaria de un inmueble denominado Torre Solano, en la avenida Francisco Solano López del municipio Libertador de Caracas. El accionista mayoritario del edificio era el fallecido inmigrante italiano Michelle Petrizzo.

La construcción terminó a finales de la década de 1980 y tuvo problemas para recibir la cédula de habitabilidad por parte de la Alcaldía de Caracas, que dirigía Claudio Fermín, necesaria para el formalizar su registro. El incumplimiento de las ordenanzas municipales vinculadas al porcentaje de metros de construcción permitidos era uno de los impedimentos.

Solo le logró el permiso de habitabilidad parcial para la planta baja y el nivel uno. Los 12 pisos restantes de la edificación no podían funcionar.

En 1989, Michelle Petrizzo decidió alquilarlo a Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa). Cuando Hugo Chávez ganó la presidencia, el inmueble quedó vacio al quedar suspendido el contrato de arrendamiento. El ciudadano italiano estaba desesperado por vender la propiedad.

Jesús Antonio Petit Da Costa Gómez (V-741.833) y su hijo Vladimir Jesús Petit Medina (V-5.290.987), esposo de la periodista Nitu Pérez Osuna, buscaban un edificio para el Instituto Universitario de Gerencia y Tecnología.

Aunque el señor Petrizzo no confiaba en ellos por su dudosa reputación, decidió negociar y alquilarles la Torre Solano. La relación fluyó con normalidad hasta que la pareja y suegro de Pérez Osuna, junto a un socio de nombre Wladimir Rafael Anton Lancianese Fiadone (V-6894026), decidieron no cancelar más el monto del arrendamiento.

Los Petit recibieron el permiso de funcionamiento por parte del ministro de Educación, Aristóbulo Iztúriz, y tiempo después comenzaron las disputas legales con Michelle Petrizzo por el incumplimiento de pagos y ellos lo demandaron por alquilar un edificio sin permisos de habitabilidad.

Entre las decisiones del Poder Judicial está la declaratoria de quiebra del inmueble de Promociones 86 C.A, lo que permite a los allegados a la periodista quedarse con la Torre Solano.

Además, el Gobierno ha permitido el funcionamiento de la universidad en un edificio que no cuenta con el permiso de habitabilidad.

Destituido por corrupción

Durante el segundo período presidencial de Rafael Caldera, Jesús Antonio Petit Da Costa, el suegro de Nitu Pérez Osuna, fue Procurador General de la República.

El primer mandatario nacional lo destituyó del cargo al comprobar que extorsionaba a los directivos de los principales bancos del país.

FUENTE: Contexto Diario

LA VERDAD SOBRE EL MISTERIOSO ESCAPE DE ANTONIO LEDEZMA

Andrés Izarra, yerno del exalcalde, preparó todo para sacarlo de Venezuela en el avión del Sebin.


Cuando se lo llevaron arrastrado de su casa y lo metieron preso en la cárcel de Ramo Verde, en el estado Miranda, sin existir delito o juicio, todo el mundo protestó por la barbaridad de un gobierno que no respetó al alcalde metropolitano de Caracas.


Fue candidato por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), dos veces proclamado por la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, cuando Hugo Chávez era Presidente de la República.

Estuvo detenido unos meses, pero no incomunicado. Aunque no estaba libre, como era su derecho, tuvo trato privilegiado hasta que lo trasladaron a una clínica privada para operarlo de apendicitis. De allí lo enviaron a su residencia con una medida sustitutiva de libertad por razones humanitarias.

Mientras tanto, el coordinador nacional del movimiento político Voluntad Popular, Leopoldo López, se calaba tres años castigado e incomunicado y cuando se enfermaba costaba para que las autoridades accedieran a trasladarlo al Hospital Militar, donde no tenía derecho ni a que sus propios médicos lo examinaran.

Daniel Ceballos, también integrante de Voluntad Popular, seguía preso, con hipertensión y sin poder ver a sus hijos.  Los carceleros militares decían que Ledezma era un preso modelo, amigo de todos, menos de los otros presos, que compartía su comida con los guardias, que les pagaba por protección y les pasaba información sobre los demás presos políticos y por eso nunca lo requisaron, ni lo molestaron.

Los otros detenidos notaron la situación. Algunos saludan a Ledezma por cortesía, otros no abrían la boca delante de él. Cuando veían que estaba cerca, cambiaban el tema de conversación.

La diferencia entre Antonio Ledezma y otros presos políticos es que ninguno es suegro de Andrés Izarra o ninguno es padrastro de Isabel González Capriles de Izarra, afortunada dueña de cuentas bancarias en euros y dólares en Andorra y Alemania, producto de la corrupción de su marido.

A Ledezma lo devolvieron a su casa, donde estuvo dos años sin un grillo electrónico, como el que le colocaron a Leopoldo en el tobillo cuando le dieron el beneficio de casa por cárcel conseguido por el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, Delcy y Jorge Rodríguez.

El supuesto escape

El 17 de noviembre de 2017 la informó que Ledezma huyó de su casa  y apareció en Cúcuta, Colombia. Bañado y afeitado tomó un avión privado del expresidente colombiano, Andres Pastrana, que lo llevó a Bogotá y desde allí  viajó a Madrid en un vuelo de primera clave de Iberia.

Todo muy bien preparado. El Gobierno no dijo nada, ni sancionó, interrogó o aprehendió a los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) que montaban guardia afuera de la casa de Ledezma. Ni siquiera sobre el día y hora exacta de la huida.

Cuando le preguntaron a Nicolás Maduro y al general González López sobre la fuga de Ledezma, sonreían con malicia. El alcalde declaró que escapó por tierra hacia Cúcuta, lo mismo que Izarra le dijo que declarara para cumplir con las instrucciones de González López.

Nadie puede creer que en 14 horas fuera posible atravesar las 35 o 40 alcabalas que hay en los 850 kilómetros desde Caracas a la frontera colombiana, sin que nadie lo reconociera en las alcabalas, tampoco que atravesó el puente internacional sin que nadie lo identificara, que no mostrara pasaporte o cédula de identidad.

La verdad

Nadie detuvo a Ledezma porque no se escapó por ahí. Izarra, con permiso del Gobierno, preparó el verdadero plan de fuga y utilizó el avión del Sebin que está la base aérea de La Carlota. Autorizado por el general González López lo llevaron hasta la frontera. Atravesó a pie el puente y los efectivos de la Guardia Nacional lo dejaron pasar.

En la capital española ya estaban contratados dos pisos de un edificio, de 7000 euros mensuales de alquiler cada uno, en el exclusivo barrio de Salamanca. Todo tan bien preparado que la ropa de Ledezma estaba en Madrid desde dos semanas antes, igual que su familia.

Desde Madrid comenzó su gira por el mundo presentándose como héroe de la resistencia venezolana después del gran escape. Viajes para todas partes en primera clase, alojamientos en hoteles cinco estrellas en todas las ciudades, comidas en los restaurantes más caros, vinos exclusivos,  escoltas, prensa y publicidad para derrochar, presentándose como presidente de Venezuela en el exilio.

Todo el mundo se pregunta quién paga todo ese derroche mientras millones de venezolanos pasan roncha en el extranjero, durmiendo en carpas, haciendo los peores oficios por salarios insignificantes, maltratados por las autoridades de esos países.

Antonio Ledezma no solo cuenta con el apoyo financiero de Andrés Izarra, también tiene parte del botín que repartió la empresa Odebrecht, protagonista de escándalos de corrupción, financista de oficialistas y opositores como Henrique Capriles, Carlos Ocariz, Manuel Rosales y Pablo Pérez.

El periodista Joseph Poliszuk, en el portal Armandoinfo, explica las vinculaciones de Ledezma con Odebrecht. Escribe Poliszuk: «Durante su rendición de cuentas con la justicia de su país, la cabeza principal de Odebrecht reconoció su papel en toda la trama que se armó e incluyó a embajadores y hasta el expresidente brasilero Fernando Henrique Cardoso. “Con respecto a Venezuela, me involucré, junto con Claudio Melo Filho y João Carlos Nogueira, con el tema de la admisión del país en el Mercosur”, dijo Marcelo Odebrecht a los dos fiscales que el 14 de diciembre de 2016 tomaron su declaración en la ciudad de Curitiba, cuando aceptó un acuerdo de colaboración premiada a cambio de reducir su inevitable condena. Buscamos, en la época, varios políticos para apoyar en esta aprobación, que terminó ocurriendo”, señaló el empresario brasilero.- Ledezma incluido en el combo. En Venezuela, el opositor Antonio Ledezma (preso político y hoy exiliado) hizo esfuerzos en la misma dirección de Odebrecht para lograr la inclusión del país como miembro pleno del Mercosur. Para tomar la decisión definitiva y votar sobre el asunto, los parlamentarios de la Comisión de Relaciones Exteriores de Brasil llevaron al alcalde, que bien de forma pasiva o por convicción, terminó inclinando la balanza en favor de un sí. Si bien Ledezma envió en mayo de 2009 una carta al Senado brasileño en la que advertía que “sería un precedente muy grave admitir en el Mercosur a un presidente cuyas acciones demuestran una escalada autoritaria y que no cree en los principios del mercado y de los procesos de integración”, cinco meses después cambió su discurso en el senado brasileño. Armando.Info trató de contactar por diferentes vías al exalcalde metropolitano pero no fue posible. Hoy exiliado en España y desde 2015 preso político, Antonio Ledezma también figura en la lista de políticos amarrados por Odebrecht; su nombre apareció el año pasado entre una docena de dirigentes políticos venezolanos, de oposición y de gobierno, que financiaron campañas electorales, en su caso la de 2008, un año antes de que pidiera en Brasilia abrir las cuentas del Mercosur. “Una cosa es la integración y otra cosa es la política de expansión que lleva adelante el Gobierno del presidente Chávez y para las democracias de nuestro continente es necesario que Venezuela respete las reglas técnicas, se adhiera a los protocolos que son las columnas que sostienen a Mercosur”, apuntó entonces Ledezma».

Ledezma es uno de pocos venezolanos que viven bien en el exterior. Desde allá intenta dividir a la divida oposición venezolana. Además abandonó a 6.500 trabajadores de la Alcaldía Metropolitana de Caracas que quedaron en la calle. No puso queja a favor de ellos, ni un mensaje de respaldo, ni ninguna denuncia para que les paguen lo que les adeudan.

FUENTE: Contexto Diario