Para la mayoría de los hijos, mientras están pequeños, la inmadurez les hace catalogar a los padres como déspotas, al no permitirles hacer lo que se les antoje.
Nosotros como padres, en nuestro deber de formación, nos mantemos firmes, dictando pautas de disciplina, inculcando valores y principios que los formarán como individuos probos. A pesar de esta “crueldad”, nuestros hijos permanecen a nuestro lado a lo largo de su vida.
En la adolescencia quieren “mandar todo al diablo”, pero saben que no pueden asumir la responsabilidad de sus vidas y terminan aceptando nuestras “reglas”.
Este “chantaje sano” nos permite educarlos, hasta que llegan a la madurez, en la que agradecen y comprenden que la “crueldad”, no era otra cosa que el más puro amor.
Pero también existen los chantajes “insanos y premeditados”. Esos que se disfrazan de paternalismo para crear una dependencia ciega, y no dejar más alternativa que acompañar a los padres, venerarlos, y renunciar al criterio propio.
Esos que inculcan un “sentimiento de culpa” cuando los confrontan, exigiéndoles que cumplan con lo prometido. Esos que en lugar de responder por su irresponsabilidad, ineficiencia, y fracasos continuos; te acusan de “malcriado”.
Esos que fallan en el cumplimiento de sus deberes, una y otra y otra vez, pero resulta que aún obedeciendo, con esa fe ciega que sólo se profesa por los padres, nada cambia.
Llevamos casi dos décadas de la mano de “mamá MUD”, obedeciendo los caminos electorales que nos pauta, construyendo el piso político que la han hecho tan poderosa como el propio régimen. Que le han otorgado tantos “espacios”, que hoy en día forma parte integral e indivisible de ese mismo sistema que supuestamente adversa.
Tan mediática, que invisibiliza el clamor de libertad de los que ya, habiendo pasado por la “adolescencia”, y logramos alcanzar la madurez, seguimos aún sin encontrar ese “amor libertario” tantas veces prometido.
Al chantaje le han puesto un nombre. Uno muy difícil de resistir: “UNIDAD”. ¿Cómo no sucumbir y alinearse en torno a una causa que aparentemente es “tan justa”?.
Esto les ha permitido anular cualquier alternativa que nazca con iniciativa propia, porque eso representaría “destetar a la camada”.
Los “individuos” son un peligro, porque son capaces de valerse por sí mismos, pero sobre todo, porque también tendrían la capacidad de descarriar al rebaño.
Siempre habíamos hablado de esto, pero nunca tuvimos un mejor ejemplo para explicarlo, que el que hoy ocupa la mayor parte de la opinión pública: El Decreto Gramcko.
Independientemente de si estamos de acuerdo, o no, con la propuesta, ha quedado claro que ha resultado muy incómoda para la MUD.
Que se escuche una voz discordante a la propuesta de la “UNIDAD”, ha representado un problema para su máscara y otro mayor aún para su liderazgo.
Y es que resulta muy difícil de explicar por qué preferir una “ruta” dependiente de las decisiones de los poderes que se saben y se dicen secuestrados por la tiranía.
Que la propuesta del Doctor Aristeguieta Gramcko, que SOLAMENTE depende de la Asamblea Nacional, que es constitucional, y que además forma parte de la promesa electoral, de salir del dictador este mismo año; tenga que esforzarse para ser aceptada, es algo que no “cuadra”.
El mundo sigue sin entender cómo un parlamento, que ahora cuenta con una mayoría abrumadora, puede permitir que un usurpador con nacionalidad colombiana siga ejerciendo sus funciones. Sobre todo, que siga ocupando el cargo de Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas Armadas, cuando esto representa un grave peligro para la nación, y Alta Traición a la Patria.
Mientras ese usurpador entrega, desfalca, deforesta y acaba con la fauna del país; destruye la economía, la empresa privada, y nos hambréa hasta el punto de tener que cruzar la frontera y convertirla en nuestro “supermercado” para poder sobrevivir; secuestra los medicamentos asesinando con esto a cientos de ciudadanos. Transforma el sistema democrático en un sistema comunal, y otorga cada vez más poder a los narcomilitares. Mientras todo eso pasa, “Mamá MUD” nos pide más tiempo, más sumisión, más conformidad, más pacifismo, más fiesta electoral, más votos, más UNIDAD… ¡más reconciliación con estos delincuentes!
Señores, lo que exige la nación es nuestra “madurez”: ya hemos perdido la República, la Patria y hasta la Dignidad Nacional. Rescatarla es nuestro deber y para eso, debemos asumir NUESTRA responsabilidad individual, soltar la mano de esa mala madre, adoptiva, impostora y cómplice, que lleva ya 18 años arrastrándonos al barranco que convirtió a Venezuela en el ejemplo mundial de LO QUE NO DEBE SER un país.
Queremos UNIÓN nacional, no UNIDAD electoral. Cuando las “sumas” producen “restas”, algo anda mal en el procedimiento…¡borremos!
Ya somos mayores de edad, ¿o no? ¡18 años es suficiente! pues entonces comencemos a demostrar que tenemos edad, saber y madurez. Que somos grandes para asumir las riendas de nuestros destinos y descartar de una vez y para siempre a esa incestuosa, destructiva, castrante y sobre todo, impostora mala madre que quiere que vivamos para ella, y no para nuestro propio ser.
Mónica Corrales M.
@monicacorrales
#SalvaTuVoto