El periódico The Washington Post, realizó un trabajo titulado “El poder del cártel de droga en Venezuela”, en el que se refieren a los detalles que han salido a la luz, sobre la vinculación de Diosdado Cabello con el Cartel de los Soles.
A continuación presentamos el artículo:
Venezuela está afectado por la inflación más alta del mundo, la segunda tasa más alta de homicios y la paralizantes escasez de alimentos y medicinas. Su gobierno autoritario tiene a 70 presos políticos, entre ellos el Alcalde de Caracas, y el líder de la oposición Leopoldo López, además acusado por los grupos de derechos humanos en todo el mundo, de detenciones ilegales, tortura y represión a los medios de comunicación independientes.
Todo eso, es bien conocido y finalmente está logrando ganar la atención de algunos líderes latinoamericanos quienes por años hicieron lo mejor por apaciguar o ignorar a Hugo Chávez y su “Revolución Bolivariana”. Lo que no se entiende es el factor de complicación que hay para realizar cualquier cambio político o de reconstrucción económica, en este estado aún más difícil: El régimen de Chávez, dirigido desde su desaparición física por Nicolás Maduro, alberga no solo a socialistas descabellados sino también a uno de los carteles de drogas más grande del mundo.
Desde que Comandos colombianos, obtuvieran la laptop del líder de las FARC, hace ocho años, se conocido que Chávez brindaba a las narcoguerrilas colombianas un santuario y les permitía traficar cocaína desde Venezuela hasta los Estados Unidos, con la ayuda de la armada venezolana. Pero no fue hasta que un exguardaespaldas de Chávez desertó a los Estados Unidos, que el “Cartel de los Soles”, se dio a conocer públicamente.
De acuerdo con varias cuentas de noticias, Leamsy Salazar ha estado cooperando con los fiscales generales de Estados Unidos que están desarrollando procesos penales en contra de una serie de generales venezolanos de alto rango y funcionarios del Gobierno. El principal de ellos es el hombre que Leamsy Salazar custodió luego de la muerte de Chávez, Diosado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y segundo miembro más poderoso del régimen después de Maduro.
El día después de la llegada de Salazar, a Washington, el diario español ABC publicó un artículo sobre el emergente caso en contra de Cabello y el pasado mes, el reportero de ABC Emili Blasco, siguió con un libro que saca a la luz las denuncias de Salazar y de otros desertores, que dicen que el régimen comunista de Cuba y la milicia libanesa Hezbolá se han reducido a la trata de personas. Esto, fue seguido con un largo informe la semana pasada publicado por Wall Street Journal en el que se explica que el cártel de Cabello habría convertido a Venezuela en un “centro mundial para el tráfico de cocaína y lavado de dinero”.
Cabello ha replicado con la táctica más familiar al régimen: un asalto a la prensa. El mes pasado introdujo demandas por difamación a 22 periodistas de tres organizaciones de noticias venezolanas que publicaron relatos e informes de Blasco, entre ellos El Nacional, único periódico nacional independiente que queda en el país. A principios de mayo un juez impuso la pena de Cabello sin molestarse en celebrar un juicio, el régimen hace mucho capturó el poder judicial. A los periodistas se les prohibió salir del país y se les ordenó presentarse cada semana en la corte para chequeos.
La orden vino, mientras el Editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, se encontraba viajando en el extranjero. La semana pasada voló a Washington para buscar el apoyo de la Organización de Estados Americanos. El régimen, me dijo, está desesperado por desviar las acusaciones de tráfico de drogas, ya que esto podría terminar de destruir su credibilidad internacional. Mientras que los izquierdistas de América Latina y Estados Unidos, han estado dispuestos a pasar por alto los ataques de la oposición y os medios de comunicación, “nadie quiere asociarse con traficantes de drogas”, dijo Otero.”Esto es un golpe muy serio al régimen”, dijo Otero. “Su única forma de combatir, es reclamar que es una conspiración de derecha dirigido en Miami y Madrid , y decir que la prensa que informan los cargos son parte de ella.”
No está claro si o cuando los funcionario estadounidenses, presentarán cargos contra Cabello y sus asociados, pero mira poco probable arrestos. Un intento de Estados Unidos para capturar un alto general, el ex jefe de inteligencia militar Hugo Carvajal, en Aruba año pasado fracasó. Pero la filtración del caso cártel y cualquier cargo, si se hacen públicos, podrían dividir y aislar al régimen. Cabello conduce uno de las tres “familias” que dice Otero están luchando por el legado de Chávez; los demás están encabezados por Maduro y por la hija de Chávez. Sólo Cabello está vinculado a los cargamentos de cocaína, y hay elementos libres de drogas en la cúpula militar.
Al igual que muchos líderes opositores, Otero, tiene la esperanza de que Venezuela pueda resolver esta crisis a través de la democracia. Si las elecciones para la Asamblea Nacional por este año se llevan a cabo y es justo, la oposición debería ganar fácilmente. Pero el plazo del gobierno de Maduro se extiende hasta 2019 – y los que están en el régimen vinculado al tráfico de drogas, y vulnerables las acusaciones de Estados Unidos, no se rendirán voluntariamente el poder. Podría rivalizar con los elementos del régimen o movimiento militar contra ellos. Dice Otero: “La situación es tan dramática y tan catastrófica que la probabilidad de algún tipo de evento que se produzca es alta.”