Los capitanes Ronald Ramírez y Jackson García, pilotos que fallecieron tras el siniestro del Sukhoi-30 de la Aviación Militar Bolivariana en Apure, cerca de la frontera con Colombia, fueron testigos del juicio que se le siguió a los nueve militares sentenciados por la llamada operación “Golpe Azul”, aseguró Carlos Javier Salazar, abogado de Laided Salazar, capitana condenada a ocho años y siete meses por los delitos de instigación a la rebelión y contra el decoro militar,
Airam Fernandez / @airamfernandez / Efecto Cocuyo
“Ellos fueron testigos promovidos por la Fiscalía. Los llevaron como expertos en estas aeronaves para que dijeran en el juicio si estos militares tenían posibilidad de volar unos Sukhoi que estaban en Lara, ellos solos sin ayuda, para dar un golpe de Estado. Y la respuesta de estos dos testigos, muy profesional, fue que no, que para artillar un avión para una rebelión se necesitaban 14 personas y ellos eran ocho”, relató el abogado a Efecto Cocuyo.
“A los militares también los acusaban de que iban a bombardear Caracas y unos edificios a bordo de esos aviones tucano y sobre eso también les preguntaron a los dos. Ellos explicaron que era imposible trasladar esas bombas de otra forma que no fuera por tierra, y que esas bombas no estaban en Lara sino en Guárico, Zulia y en el Oriente. Además, en el juicio se desmostró que los aviones no podían ser utilizados porque tenían el tren de aterrizaje dañado”, señaló.
En contacto telefónico, Salazar indicó que cuando los capitanes fueron llamados a declarar, “se portaron a la altura y por eso fueron desechados por el juez”. “No actuaron como los únicos tres testigos, que en realidad eran patriotas cooperantes. Solo las palabras de estos tres, que eran una especie de testigos estrellas, fueron valoradas y estimadas para dictar esa sentencia injusta”, dijo el defensor de la capitana Laided Salazar, la única mujer del grupo de los nueve militares, quien actualmente paga su condena en la Comunidad Penitenciaria de Fénix, ubicada en el estado Lara.
Mientras el abogado lamentó el suceso en el que perdieron la vida los capitanes, un especialista en aeronaves consultado por Efecto Cocuyo, explicó que en Venezuela hay “poquísimos” militares expertos que saben cómo tripular un Sukhoi, y que, por encima de la pérdida millonaria del avión, la pérdida del recurso humano es invaluable.
La muerte de Ramírez y García fue confirmada por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien descartó que el accidente se debiera a fallas por parte de los pilotos y reiteró que estos capitanes se encontraban realizando vuelos de protección del espacio aéreo venezolano para detener las posibles “amenazas del narcotráfico”.