jueves, 11 de diciembre de 2014

CONSTITUYENTE (Por Leonardo Silva)

Desde hace muchos años Venezuela requiere una asamblea constituyente. A partir del mismo momento en que se conformó la de 1999 con un método viciado y perverso que llevó a solo 6 representantes de la oposición (5%), a pesar de que esta obtuvo el 45% de los votos; y a 125 del chavismo, con el 55% de la votación; es necesaria una nueva asamblea.

Existe otra razón que contribuye a hacer írrita a esa asamblea, en el sentido de si la misma produjo una constitución que fielmente expresara la opinión del pueblo sin que las tensiones políticas afectaran su volición. Aunque esta razón no es de peso jurídico, si tienen una alta ponderación sociológica y política: la asamblea se constituyó en un momento histórico de profunda división y tensión socio-política.

Para que una asamblea de esta naturaleza pueda cumplir su cometido a cabalidad y exprese las voluntades de todos los sectores, es necesario que haya un mínimo de armonía entre las parte que les permita negociar y llegar a acuerdos para redactar un instrumento que efectivamente manifieste la opinión popular y goce del equilibrio en el Contrato Social conducente a un funcionamiento adecuado de la sociedad, con una justa dimensión del Estado que lo garantice, lo norme y establezca orden en el sistema.

Leopoldo López, su partido, y los grupos y simpatizantes que lo apoyan, han adelantado la proposición de realizar una nueva constituyente. Aunque sí existe una necesidad imperiosa de convocarla, las circunstancias actuales no permiten a la resistencia demócrata dirigirse a un cadalso del cual puede emerger una constitución que consolide el sistema comunista.

Nadie en Venezuela y buena parte del mundo cree que el Consejo Nacional Electoral es independiente del partido de gobierno, ni que son posibles unas elecciones justas y transparentes en Venezuela. Sabemos que este organismo no es más que una secretaría electoral de la Presidencia de la República. De manera que podemos tener absoluta confianza en él; confianza de que la dictadura aplastará al movimiento opositor y generará una constitución a la medida de sus planes comunistas rapaces.

No hay duda de que Leopoldo López es un héroe –como tantos, mujeres y hombres, que están arriesgando la vida por la causa democrática, que han perdido la libertad, que están siendo torturados o que han encontrado la muerte en la lucha-; un luchador que está siendo martirizado por el régimen totalitario que nos oprime. Ha conducido un discurso totalmente coherente y acertado, cónsono con el objetivo de la restauración de la democracia. Su posición a este respecto es inobjetable y meritoria. Sin embargo, su proposición, más que peligrosísima, es la certeza de que el comunismo se instaurará definitivamente en el país.

Un CNE manejado por el régimen; que ha hecho reiterados fraudes electorales; que no rinde cuentas al país ni permite ningún tipo de supervisión, ni nacional ni extranjera, ni revisión de sus procesos ni del Registro Electoral Permanente; que no permitió la auditoría independiente de los votos en las últimas elecciones presidenciales que fueron “ganadas” por Nicolás Maduro supuestamente con un ínfimo margen, en las que hubo evidencias claras de fraude electoral –delito violatorio de Derechos Humanos-; que es obediente a las instrucciones del PSUV; que es apéndice de un gobierno que a pesar de regirse por la Constitución que su comandante eterno mandó a hacer a su medida y que jamás ha sido respetada a menos que sea para atropellar a opositores, y que garantiza la democracia y excluye el comunismo en contra sus disposiciones, violdada por el régimen que ha seguido avanzando en la instauración del Estado Comunal, o sea, de un régimen que continúa sus maniobras en contra de los preceptos constitucionales impúdicamente, para establecer el comunismo ¡a pesar de que en Referendo de 2007 el pueblo rechazó el comunismo!; es un CNE servil a la dictadura que nunca respetará la decisión del pueblo y con toda probabilidad aplastará a la resistencia libertaria, utilizando todos los medios lícitos e ilícitos que estén a su alcance.

Leonardo Silva Beauregard
@LeoSilvaBe


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