La caída de los precios del petróleo ha puesto en apuros al gobierno. Aunque digan que la baja de las cotizaciones del petróleo no va a afectar la gestión presupuestaria, lo cierto es que Venezuela ya está recibiendo el impacto de los menores precios. Ello se agrava por el hecho que durante la etapa de elevados precios de los hidrocarburos registrados entre 2000 y 2014 no solamente no se ahorró un solo céntimo sino que contrariamente el país ha acumulado una deuda gigantesca.
La mayoría de las naciones petroleras tuvieron la previsión de acumular millones de dólares y ahora cuando los precios se han derrumbado, cuentan con recursos suficientes para hacer frente a las dificultades. La urgencia del gobierno venezolano por disminuir la producción petrolera no tuvo eco entre los miembros de la OPEP, por la sencilla razón de que nuestro país no tiene la capacidad de producción suficiente para influir sobre el mercado petrolero.
Un gobierno que no tiene recursos suficientes para encarar la contingencia de precios bajos del petróleo empieza a adoptar medidas desesperadas que comprometen la soberanía nacional. A esas acciones es lo que denominamos el Plan Vendepatria y que consiste en lo siguiente. En primer lugar, tomar un nuevo préstamo con China por US$ 4.000 millones a cambio de nuevas áreas en la Faja del Orinoco. Es decir, el gobierno ha dado como garantía las reservas petroleras, lo cual está prohibido por la Constitución.
En segundo lugar, se está entregando a los chinos minas de oro en el estado Bolívar como son los casos de Las Cristinas y Brisa. En tercer lugar, está contratando el gobierno un crédito con la petrolera rusa Rosneff, poniendo como aval despachos petroleros, que obviamente van a debilitar la capacidad exportadora de Venezuela. En cuarto lugar, ya el gobierno está recibiendo ofertas para vender la red de refinerías de CITGO en los Estados Unidos, después de haber dicho que no la negociaría. Finalmente, el Plan Vendepatria contempla rematar las cuentas por cobrar que tienen los países de Petrocaribe con Venezuela, mediante un artificio financiero, para obtener varios millones de dólares para alimentar la debilitada caja del gobierno.
Está el gobierno actuando como el padre irresponsable que jugó en un casino su sueldo y ahora está empeñando los muebles de la casa. Que distinto fuese la situación para Venezuela si el gobierno hubiese ahorrado el diez por ciento de los ingresos petroleros. Ello significaría más de US$ 85.000 millones libres para ser empleados en conjurar la crisis. Regaló, malbarató y despilfarró el gobierno miles de millones de dólares alrededor del mundo que ahora nos hacen falta. No se trata de mala suerte sino de políticas irresponsables las que están provocando las penurias por las cuales pasa el pueblo venezolano, que para adquirir un litro de leche debe hacer una cola de horas a las puertas de un mercado. O que para comprar un equipo electrodoméstico tiene que dormir durante días en las entradas de las tiendas a la espera que lleguen esos artefactos.
Pero no está huérfano el pueblo de Venezuela. Ya la esperanza se perfila con mayor claridad ante el fracaso de este gobierno que ya no da para más en su desgaste y agotamiento. Hasta la capacidad de mentir se le acabó. Por ello el principio del cambio comienza con derrotarlo en las elecciones parlamentarios en 2015 y ahora denunciando al Plan Vendepatria.
@JoseAGuerra
Fuente: RunRunes
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