La profundización de la crisis política y económica en Venezuela, producto de un “modelo inviable” impulsado desde hace 16 años, puede conducir a una “tragedia”.
“El autoritarismo en Venezuela ha llegado a unos límites de dictadura clásica bananera”, afirmó en una entrevista a la agencia EFE en el marco de su participación en una cumbre de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), que reúne a líderes de 76 partidos de todo el mundo.
Por suparte, apuntó que la libertad de expresión está “casi desaparecida”, el sistema judicial “está secuestrado” y la inseguridad personal registra niveles récord.
Otero añadió que la economía está en franco deterioro con una de las inflaciones más elevadas del mundo, 60 % de desabastecimiento de productos básicos, el aparato productivo desmantelado y el precio del crudo a un tercio del mejor nivel alcanzado en el mandato de Hugo Chávez.
Y todo ello ha ocurrido con “la complicidad de los países democráticos, por hacerse de la vista gorda, por aprovecharse de la bonanza petrolera haciendo negocios con Venezuela y, al final del camino, está pasando lo que tenía que pasar: la economía se volvió una catástrofe”, aseveró.
Según el editor del diario El Nacional, el agravamiento de la situación en Venezuela está generando “un rechazo gigantesco” entre la población hacia el régimen de Nicolás Maduro que nunca tuvo su antecesor, el hoy fallecido presidente Chávez.
Maduro “está viviendo las consecuencias de un modelo inviable”, pero “no tiene ni el liderazgo de Chávez para sortear algunas cosas” ni el poder que tenía su mentor porque tiene que compartirlo con otros sectores, indicó.
Otero indica que la situación pone “en riesgo su propio régimen” y “no hay una válvula de escape” del nivel de la “agudización de la crisis”, añadió el editor, quien recordó que las elecciones presidenciales se llevarán a cabo a finales de 2018.
“Es mucho tiempo” para una “crisis que va creciendo”, apuntó, al tiempo que advirtió el riesgo de que Venezuela “caiga en una ruptura peligrosa de tipo constitucional o de la democracia”.
Por ello, resaltó la necesidad de “sensibilizar mucho a la opinión pública internacional, a los organismos de poder” sobre lo que está pasando en el país suramericano.
En su opinión, esa conciencia “está creciendo a nivel mundial” y muestra de ello es su participación en el encuentro de la IDC en la capital mexicana, invitado por el presidente saliente de esa asociación, el senador italiano Pier Ferdinando Casini, para hablar de Venezuela.
En la reunión, dijo, los dirigentes políticos van a anunciar “iniciativas de importancia en apoyo a la democracia venezolana” en un momento en que el país se prepara para celebrar unas elecciones parlamentarias en un “ambiente totalmente desequilibrado”.
Mencionó el sistema electoral “fraudulento”, la gran mayoría de los medios de comunicación en favor de candidatos oficialistas, la destrucción de la capacidad financiera de los partidos y la criminalización de la disidencia.
Con todo, comentó, “la oposición puede ganar” los comicios de diciembre y ello supondrá “un golpe político” a Maduro porque “es demostrarle al mundo que el régimen es minoría, aunque ganar la Asamblea Nacional “no va a cambiar la situación del país”.
Si bien el Gobierno se ha “preparado para una derrota en el ámbito parlamentario”, en medio de esta crisis “habría que lograr que Maduro” adelante las presidenciales para principios de 2016.
Ello evitaría “una tragedia o una situación que traiga mucho daño al país y a la gente, muchas bajas inútiles en el proceso”, afirmó Otero, quien no ha regresado a Venezuela desde que en mayo un fallo judicial le prohibiera la salida del país a él y a otros 19 editores de tres medios de comunicación.
La medida fue emitida cuando se encontraba en Miami (Estados Unidos) y desde entonces ha recorrido varios países para denunciar la situación venezolana.
Sobre su retorno, dijo que se ve regresando “pronto”, antes de las elecciones parlamentarias, una vez que garantice “algunas condiciones”, aunque “siempre hay el peligro de que abran un juicio por cualquier circunstancia”.
El periodista recordó que ha sido acusado tres veces de magnicidio “sin que haya habido ni cadáver” ni armas.
Son, dijo, “simplemente acusaciones, amenazas permanentes, que es la manera de criminalizar a la disidencia en Venezuela”, donde actualmente hay 77 presos políticos, algunos con 12 años en la cárcel sin sentencia.
Miguel Henrique Otero / El Nacional