El exgobernador de Venezuela ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Elie Habalian Dumat, plantea un sacudón en la industria petrolera nacional, que comienza con la reducción de su nómina y sigue con el regreso a sus verdaderas funciones: explorar, producir, refinar y vender… lejos de ser un Estado paralelo.
Precisamente, Habalian señala que la crisis de la caída de los precios del crudo radica en Venezuela en la falta de previsión. El desplome de los mercados era predecible tras la crisis de 2008 y 2009. “La avaricia de Arabia Saudita fue aprovechada y acumularon reservas. En cambio, la avaricia de Venezuela se la llevó quien la trajo”. El jueves pasado, Maduro lo reconoció en su memoria y cuenta: “Los precios a 100 dólares no volverán”.
Elie Habalian Dumat no pierde la ecuanimidad. Y, lo mejor, no se derrumba. Reconoce, sí, que la industria petrolera de Venezuela (esa de la que alguna vez fue parte y representó como gobernador del país ante la OPEP) es hoy un asunto risible y lamenta que las consignas de una casta trasnochada puedan más que una simpleza: producir. Así lo ve.
- La gira del presidente Nicolás Maduro por los países miembros de la OPEP, ¿era necesaria?
- Mira, lo primero que uno puede deducir es que uno de los objetivos de esa gira, el relacionado con los países de la OPEP y la aspiración de recuperar los precios del petróleo, no se cumplió. Bueno, si Maduro estuviera en conocimiento pleno y bien asesorado sobre la cuestión petrolera, esa visita no la hubiera hecho. En ese sentido, era una visita innecesaria y lo que perseguía era recuperar los precios del petróleo. El problema no es táctico, sino estratégico, porque se trata de grupo de países que controla la producción y la oferta de petróleo en el mercado global y tiene su estrategia. Por tanto, no la iba a cambiar porque los haya visitado Maduro.
Sobre eso, él trae una propuesta que fue la respuesta que le dieron en Arabia Saudita y en otros países: “Mira, nosotros no vamos a recortar en la OPEP para que los países no OPEP tomen nuestro mercado. La única manera de que nosotros no recortemos (se lo dijeron como excusa para sacudírselo) es que todo el mundo exportador exporte en el mismo porcentaje. Y eso es un planteamiento muy lógico, pero no es posible de realizar”. Y con ese planteamiento se sacudieron a Maduro. Él vino y dijo aquí: “Estamos trabajando”, como si Venezuela fuera un elemento clave en la OPEP y no lo somos como éramos antes.
- ¿Y por qué no lo somos?
- No lo somos porque hemos perdido peso en producción, aunque hemos ganado peso en reserva. Pero la inmensa mayoría de la reserva nuestra está en la Faja (Petrolífera del Orinoco), y en la Faja lo que hay son petróleos extrapesados y bitúmenes y eso no es el futuro energético del mundo. El petróleo extrapesado es costoso de producir. Nuestra Faja del Orinoco es una tierra deficiente con respecto a los pozos de petróleo liviano que hay en Medio Oriente.
Antes y ahora
- Durante su época como gobernador de Venezuela ante la OPEP, ¿avizoró, de alguna forma, que esto iba a ocurrir?
- Fíjate, desde el punto de vista de visión estratégica, se podía avizorar. ¿Por qué? Porque esto no es nuevo. Esto viene de largo plazo y va hacia largo plazo. Por ejemplo, la OPEP, después de la crisis de 2008-2009, mantuvo los precios por encima de 100 dólares por la avaricia, pero la avaricia de Arabia Saudita fue aprovechada y acumularon reservas. En cambio, la avaricia de Venezuela se la llevó quien la trajo.
Cuando revienta el caso de la baja de precios del petróleo por la producción de un nuevo ingrediente, que es el petróleo de esquistos, la producción pasa de 10 mil barriles diarios a más de 3 millones. Y todo eso no era ciencia ficción, era cosa que los analistas y observadores veían venir. Ante eso, los países sauditas acomodaron todo el dinero que pudieron. ¿Qué hizo Chávez? Gastó todo el dinero que pudo y, encima, se endeudó.
Lo que sí no estaba previsto era este colapso a partir de los últimos tres o cuatro meses. Cuando empieza una declinación de precios que incluso sorprende a los rusos. Aunque habían considerado el escenario, no era el más probable. Lo que no habían considerado ni siquiera los sauditas es que tenían que recurrir a una estrategia como la actual: ofrecer descuentos para defender el mercado y no el precio.
Si Venezuela produce la cuarta parte de Arabia Saudita y Arabia Saudita acumula 750 mil millones de dólares, Venezuela tuvo que acumular 180 mil millones de dólares aplicando una similitud de precios. Bueno, no tenemos 180 (mil millones), sino 20 (mil millones). Rafael Ramírez, para justificarse, como siempre hacen los autodenominados revolucionarios, nos vino a decir que fuerzas imperiales conspiraban contras los precios del petróleo. No, esa es una excusa de un manipulador, simple y llanamente. Él sí sabía que los precios estaban colapsando.
- Siempre se ha tomado ese asunto como una conspiración contra el Gobierno de Venezuela.
-Mira, si bien es cierto que Arabia Saudita niega que juega a un rollo político, yo sí pienso que hay algo de político contra Irán y contra Rusia.
- No contra Venezuela.
- No, hombre, ¡qué Venezuela! Mira, yo no sé por qué estos consideran que son demasiado importantes. No son nada importantes. Estados Unidos nos compra apenas 750 mil barriles diarios que los americanos podrían sustituir, y todavía tiene interés de vender a los americanos. Esta supuesta conspiración del imperio americano carece del mínimo sentido.
- En paralelo, se escuchan frases gubernamentales como “la Venezuela potencia”.
- ¿La Venezuela potencia? Nosotros no somos potencia en nada hoy. Nosotros producimos 2 millones 400 mil barriles diarios. Éstos engañan a las clases populares diciendo que somos una gran potencia: no somos una potencia en nada.
“No somos importantes en el mercado petrolero porque hemos perdido peso en producción aunque hemos ganado peso en reserva. Pero la inmensa mayoría de la reserva nuestra está en la Faja (Petrolífera del Orinoco), y en la Faja lo que hay son petróleos extrapesados y bitúmenes, y eso no es el futuro energético del mundo”.
- Hay otra matriz de los últimos días: que Estados Unidos conspira con el método del fracking.
- Bueno, eso es bastante ridículo. Quienes deberían criticar el fracking son los activistas y las organizaciones defensoras del ambiente. Todos ellos tienen derecho a criticar una forma de trabajo que contamina la Tierra. Pero estos critican no solo el fracking, sino toda la industria petrolera. Eso no existe cuando el crítico es de verdad auténtico. Entonces, ¿quién asume el discurso? El presidente de un país petrolero que todos los días perfora pozos, saca petróleo, lo refina, en algunas ocasiones se derrama el petróleo y contamina los ríos. Toda la industria petrolera es contaminante.
Ningún optimismo
- ¿Cuál es su visión para los próximos meses acerca de los precios?
- Bueno, para este año (y no son estimaciones mías, sino de los bancos de inversiones) se proyecta, excepto que haya un evento extraordinario (como un golpe de Estado en Arabia Saudita, o que alguien invada a Arabia Saudita, por ejemplo), que el petróleo WTI (West Texas Intermidiate) estará alrededor de 45-46 dólares. Eso significa que el petróleo venezolano estará en 40-41 dólares en 2015. El año que viene, esos mismos bancos proyectan un precio de 65 dólares por barril, y el venezolano estaría en 59-60.
- Para este año, 2015, ¿qué debería hacer Pdvsa?
- Bueno, fíjate, Pdvsa debe sacudirse completamente. Sacudirse desde el punto de vista de la eficiencia. No puede seguir teniendo 150 mil trabajadores. Todas esas funciones que no tienen que ver con el petróleo deberían realizarlas otros entes, no la industria petrolera. La industria petrolera debe dejar se der un Estado paralelo y convertirse de nuevo en una industria que explora, produce petróleo, refina, transporta, mercadea, vende y cobra. Ese debe ser el trabajo de Pdvsa.
Otra cosa es que no tiene que concentrarse, con la grandeza que buscaba el difunto presidente, en la Faja. La Faja no tiene mucho futuro, y, menos, futuro rentístico porque es un petróleo difícil de producir. Si el dogma gobierna a Pdvsa, esto irá cada día peor.
- ¿Ya estamos hundidos en el excremento del Diablo?
- No, no. Fíjate: esto es una gran tragedia, pero puede ser una gran oportunidad. No descarto que un día de estos haya cierta racionalidad en algunos sectores autodenominados bolivarianos. Por ejemplo, veo que Víctor Álvarez no es dogmático. Ojalá hubiera muchos Víctor Álvarez, porque habla con racionalidad. Venezuela tiene como 15 o 20 años de renta petrolera apreciable. Llegará a un mínimo que no sostiene a un país y este país tendrá que ir a otra cosa para vivir con decencia, y la única forma es trabajando y produciendo.
Fuente: Correo del Caroní