Militares reciben adoctrinamiento
cubano para sofocar revueltas
Lo cierto es que debajo de esa resolución se esconde un gigantesco bloque que no es precisamente de hielo.
Los militares venezolanos están siendo formados en las aulas de instituciones educativas pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en un nuevo modelo de control militar sobre el orden público, el cual incluye «el uso de la fuerza potencialmente mortal».
Así figura en documentos que se utilizan en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, elaborados por personal cubano. La violencia se justifica en parte por el supuesto temor de que una inestabilidad del Gobierno venezolano fuera aprovechada por Colombia para una invasión, apoyada por Estados Unidos. La advertencia sobre una «intervención extranjera» está siendo especialmente repetida los últimos días por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aparentemente como medio para que el chavismo cierre filas en torno a él.
Ese adoctrinamiento lleva ya unos años produciéndose, pero cientos de documentos ahora obtenidos lo ponen especialmente de manifiesto. Además, el contenido de esos textos de manuales y guiones de clases cobra gran actualidad a la luz de la resolución impulsada por Maduro el pasado 27 de enero, por la que el Ministerio Popular para la Defensa facultó a los soldados a utilizar sus armas para controlar manifestaciones públicas.
Esa resolución ha levantado una polvareda en toda Venezuela, toda vez que faculta a soldados y militares a disparar y, eventualmente, matar a personas que se manifiesten contra el orden establecido. Entre febrero y mayo de 2014 fallecieron 46 personas durante manifestaciones en Venezuela sin que existiera una resolución como esa. Ahora los acontecimientos podrían ser mucho peores si hubiera nuevas protestas por las graves dificultades económicas y sociales del país.
El Gobierno de Maduro se ha defendido aduciendo que la resolución solo dicta las normas sobre la actuación de la FANB en funciones de control del orden público, la paz social y la convivencia ciudadana en reuniones públicas y manifestaciones.
Modelo de control militar:
Pero es apenas la punta del iceberg. Lo cierto es que debajo de esa resolución se esconde un gigantesco bloque que no es precisamente de hielo: es un nuevo modelo de control militar sobre el orden público, enseñado en las aulas de instituciones educativas militares, que prevé el uso de medios letales, «bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal».
Los cientos de documentos revisados, aprobados por el Comando Estratégico Operacional de la FANB, demuestran que esta no solo se ha venido preparando para usar armas de fuego contra personas que protesten contra el Gobierno. También se prepara para un despliegue territorial cuya excusa sería una supuesta agresión de Colombia, seguida de una invasión de EEUU, en lo que se califica de «guerra popular prolongada», o bien cualquier otra situación que pretenda «desestabilizar al Gobierno y sus instituciones».
Los documentos, la mayor parte de ellos producidos entre 2009 y 2012, hablan de la instauración de un nuevo sistema defensivo territorial que será puesto en marcha «en caso de graves alteraciones del orden público y otras acciones que pretendan desestabilizar el país».
Se trata de un «nuevo pensamiento militar venezolano», empeñado en acabar con las fuerzas armadas que previamente existían en Venezuela, pues estas estaban «al servicio de la oligarquía dominante», de acuerdo con la terminología utilizada.
La nueva doctrina y pensamiento militar venezolano, según los textos aprobados por el Comando Estratégico Operacional, sostienen que «la revolución ha entrado en una fase antiimperialista, que requiere ser profundizada y consolidada mediante la actualización doctrinaria de la actividad militar en un esquema defensivo de guerra asimétrica (…), la consolidación de una nueva forma de organización popular llamada Cuerpo de Combatientes y el desarrollo del concepto de guerra popular de resistencia».
La FANB propone crear consejos regionales y locales de seguridad para proteger la revolución. Una charla realizada por el general de brigada Rodrigo Morales Medina, y aprobada por el Comando Estratégico Operativo, mediante el Centro de Estudios Tácticos, Técnicos y Logísticos, sostiene que «si hay un escándalo en la calle, si hay un mitin escandaloso con ataque a una casa, ya es reprimible». La ponencia estima que algunas de las alteraciones del orden público «conllevan peligro contra la estabilidad del Gobierno o de las instituciones públicas».
La presentación alega que la FANB debe estar preparada para varios supuestos, entre ellos: prevención y represión de motines y alteraciones del orden público; detención de simpatizantes con el enemigo; represión de huelgas de todo tipo; disolución de reuniones prohibidas; control de actividades de elementos sospechosos, y destrucción de focos de agitación.
Una intervención de EEUU:
En la línea de las advertencias que estos días está haciendo el presidente Maduro, sobre una supuesta intención de Washington de propiciar una invasión, los documentos usados en la enseñanza militar insisten en inculcar a soldados y mandos la idea de que EE.UU. estaría creando las condiciones políticas y estratégicas para intervenir militarmente en el país.
Los papeles de las FANB sostienen que la invasión comenzará con una etapa de crisis, durante la cual se crearán las condiciones políticas y técnico-militares para desestabilizar el país. Luego vendría una guerra limitada entre Venezuela y Colombia, la cual se iniciaría por la frontera, en los estados Táchira y Zulia, y posteriormente se produciría la invasión militar de Estados Unidos.
Se habla de una «escalada de la agresión de guerra psicológica con el empleo de medios de difusión masiva que incluiría la agresión radial y televisiva desde plataformas militares y el incremento de la exploración de todo tipo contra objetivos políticos (de dirección) y militares específicos».
«Es probable que el enemigo desde tiempo de paz pueda llevar a cabo golpes aéreos limitados (GAL) contra objetivos previamente seleccionados. En esta primera etapa, los GAL estarían dirigidos a incrementar las tensiones (escalar) en la crisis, y a llevar a grados superiores la guerra sicológica. Por esta razón los GAL estarían principalmente dirigidos a objetivos muy específicos que pudieran estar relacionados con el “motivo” de la crisis y con sensibles objetivos estratégicos», alega el documento del Comando Estratégico Operativo.
La documentación obtenida habla también de «construir la nueva Doctrina Militar Bolivariana para librar con éxito una Guerra Popular Prolongada ante una hipótesis de guerra del imperio (norteamericano) contra la República Bolivariana de Venezuela».
Uno de los elementos que más destaca entre los centenares de documentos es el componente ideológico y doctrinario. La presencia de asesores cubanos dentro de la Fuerza Armada venezolana, denunciada por militares no afectos a la revolución, ha surtido efecto: ahora se habla de un «nuevo pensamiento y doctrina militar bolivariana», una doctrina defensiva, sustentada en el ideario bolivariano y concebida con base en la guerra popular prolongada.
Uno de los papeles habla de Moral y Luces: «Desarrollar una formación política e ideológica en el personal de la FANB, milicia bolivariana y al resto de la población, basado en concepciones y profundo sentido patriótico y revolucionario».
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