“Los venezolanos no estamos
para celebrar nada…”
Grotesca pretensión épica y frustrada imitación de los primeros años de Chávez (cuando estaba viva la esperanza popular, hoy perdida, de alcanzar la seguridad y el bienestar prometidos) fueron los actos encabezados por Maduro para “glorificar” la apolillada intentona golpista del 4F, hoy “huérfana de masas y de emoción”.
La perspicaz pluma de La Patilla (cámara incluida) constató el raquítico auditorio en la celebración del 4F de 2015 compuesto por “el Che criollo, la palamentazón, uno que otro baile y un triste bebé marcado por su irresponsable madre con la firma de Chávez en su frente”. La misma firma que, partiendo de las confesiones del capitán Salazar en la DEA, habría sido utilizada post mórten para legitimar las “trácalas” del nombramiento de Maduro y otras. El alcalde de Vargas, general Carlos Alcalá Cordones, defiende el 4F diciendo que, a pesar de la “guerra económica, en Venezuela tenemos condiciones inmejorables”, y lo expresa en medio de una escasez generalizada y numerosos casos de sarna en Vargas por la carencia de agua y jabón, entre otros. El general Noel Martínez lanzó un panegírico pleno de cursilería y concluyó con esta violación constitucional: “Pronto iremos a unas elecciones y el pueblo les dará una respuesta: una pela a gran escala, mi comandante en jefe”. El cinismo sigue: el general Ornella Ferreira dice que “si la Constitución es violada, pueblo y FANB saldrán a hacerla respetar”, como si Maduro no la hubiera violado mil veces bajo la mirada complaciente de estos militares. Y la guinda de la torta: el exministro general Rodríguez Torres sale de su ostracismo afirmando que “en el 4F había condiciones para una rebelión; en la actualidad los avances de la revolución son palpables y tangibles y creo que tenemos que combatir la pobreza de la gente en el plano espiritual, intelectual y mental” (sic).
En la Venezuela arruinada de 2015 los venezolanos no estamos para celebrar nada, y mucho menos un hecho sangriento en el que perdieron la vida más de 200 personas inocentes, y que significó el inicio de la destrucción del país.
Estamos acosados por la violencia, corrupción, escasez e inflación traducidas en hambre y pobreza extrema. Entre septiembre y octubre de 2014 la pobreza alcanzó 48,4% de los hogares (con el petróleo a 100 dólares, y no es pobreza “mental”, general Rodríguez Torres), mientras que en 1998 era de 45% (con el petróleo a 9 dólares el barril). En 2015 la pobreza podría superar 60% porque estamos en presencia de un ciclo de empobrecimiento masivo, según los expertos. La salud está en coma y muchas muertes hubieran podido ser evitadas si las divisas provenientes del petróleo no hubieran sido dilapidadas en regalos a sus compinches, en comprar chatarra militar y en una corrupción desaforada que convirtió a Venezuela en el único país petrolero endeudado y en quiebra. ¿Cuánto cuesta volar un Sukhoi, mientras las madres lloran buscando la medicina que no encuentran, o la leche que tampoco consiguen para sus hijos? Maduro estalla ante los nuevos anuncios punitivos del imperio para los violadores de derechos humanos y ladrones de su gobierno. Tiembla al saber que “ministros y asesores presidenciales están entre los 56 funcionarios sancionados por Estados Unidos” y busca como “padrino” (nunca mejor dicho) al secretario general de Unasur, Ernesto Samper, para que interceda ante Obama.
Tarea vana, porque a Samper también le fue suspendida la visa en julio de 1996 por su vinculación con el narcotráfico. Nicolás es tan indigno que llamó “traidores” y “enemigos de la patria” a los venezolanos que se vieron obligados a emigrar a Miami y pidió identificarlos “con nombre, apellido y difundir sus rostros en cadena de radio y televisión” porque solicitan sanciones para los corruptos, narcotraficantes y violadores de derechos humanos en Venezuela.
Tan rojos son los poderes públicos, que Nicolás ordenó a gritos al tsj (con minúscula) que emitiese un sentencia contra Estados Unidos y la fiscal general no abrirá investigación sobre las acusaciones de narcotráfico contra figuras del régimen, pero sí “emprenderá acciones legales contra el gobierno de Estados Unidos por las sanciones” a los corruptos y violadores de derechos humanos.
Con razón Giordani salió de su silencio para decir que “somos el hazmerreír de América Latina” e indicó que “desde el gobierno solo se ha fomentado la burocracia y acentuado la corrupción”. Declaración que coincidió con la lluvia de pancartas en la inauguración de la Serie del Caribe pidiendo la renuncia de Maduro y la liberación de Leopoldo López.
En 16 años el chavismo agravó lo que supuestamente quería corregir el 4F, tal como demuestran militares y civiles entrevistados esta semana por El Nacional: ha aumentado la corrupción, la violación de los derechos, censura y ataques a la libertad de expresión, sin poderes públicos autónomos, somos el segundo país más inseguro del mundo (en 1993 hubo en Venezuela 3.336 homicidios y en 2014 fueron casi 25.000). Hay presos políticos (hasta empresarios a los que el gobierno les roba sus productos, comercios e industrias y, arruinados, los encarcela). Last but not least: pervirtieron a la FAN y entregaron la soberanía que juraron defender. No hay duda: el 4F es el retrato de un fracaso letal.
Marta Colomina